martes, 17 de julio de 2012

Los mutilados - Hermann Ungar

Si he de ser sincero, y tengo que serlo (solo faltaba mentir en mi propio espacio y engañarme a mí mismo) no conocía a este autor. Fue gracias a la entrada de La medicina de Tongoy (blog que creo que le pierden las formas y los comentarios anónimos, aunque Carlos me parece un lector suficientemente inteligente y exigente), donde oí por primera vez el nombre de este autor checo, contemporáneo de Kafka. Como hacemos todos ante una buena crítica, busqué más información por internet para contrastar. Todos los comentarios eran positivos, las críticas favorables y las comparaciones (todas horribles) con grandes escritores coincidentes. Decidí leer el libro.

La historia gira en torno a Franz Polzer, un trabajador de banco anodino y sin ambiciones cercano a la órbita kafkiana. Vive en su propia monotonía, sin sueños que cumplir ni aspiraciones a las que llegar. Cualquier mínimo detalle que le saque de la rutina lo altera. Su vida cambia cuando un buen día se pone un sombrero viejo. La novela adquiere tintes gogolianos y comparte semejanzas con El capote; cómo una prenda de vestir puede cambia tu vida.

Los mutilados es un libro desagradable. Muy desagradable. A Polzer le dan miedo las mujeres por un par de experiencias juveniles con la criada y al ver a su tía desnuda (además hay un velo de incesto entre su tía y su padre). Por ello ve a las mujeres como un compendio de carnes desbordadas, grasas y aperturas anatómicas. Su casera, Frau Polster, encaja a la perfección en esta descripción. El sexo es sucio, depravado, violento. Todo esto sin apenas descripciones; no necesitamos de grandes adjetivos ni largos párrafos para sentir esa suciedad y esa náusea. Como las que produce al ver al amigo de Polzer, Karl Fanta, lleno de pústulas y amputado de piernas.

Pero no solo Karl Fanta es un mutilado: él es el único mutilado físicamente, pero el resto de los personajes están mutilados psicológicamente: todos son ruines y oportunistas; codiciosos y embusteros; locos, en definitiva, cada uno a su manera.

Los mutilados, en fin, somos todos.

6 comentarios:

  1. Pues me encanta lo que cuentas de este libro (yo tampoco conocía al autor) así que lo apunto en mi kilométrica lista de libros que algún día leeré ... Gracias por el descubrimiento (extendidas a "La medicina de Tongoy").

    bsos!

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    1. Hola Rosalía,

      Sí, las listas de libros no leídos son largas y, casi siempre, inabarcables. Pero este creo que merece bastante la pena.

      Besos.

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  2. Hola

    Sí, yo también lo vi en Tongoy y me llamó la atención (aunque la verdad es que la portada me da algo de grima...)

    saludos

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    1. Hola David,

      Puedes probar con la edición de Siruela que es más sobria:

      http://www.siruela.com/catalogo.php?opcion=buscar&id_libro=1747&completa=S

      Saludos.

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  3. Jajajaja, que bueno, que sí, que te gustó, no? Genial.

    P.D. Gracias por lo "lector exigente" pero sobre todo por esas formas perdidas del blog. Parece que no, pero es uno de los mejores cumplidos que me han hecho. Exagero, claro, un poco. No mucho. En ocasiones las formas, creo, son un lastre.

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  4. Sí que me gustó, sí. Así que gracias por la parte que te toca.

    Me pareces un lector exigente, es cierto, aunque también muy contundente al dar la opinión de los libros, claro que eso es tan lícito como hacer lo contrario que es lo que hacen la gran mayoría (por eso de que no me gusta generalizar y decir todos, aunque debería decirlo) de los suplementos y revistas varias, esto es, dorar la píldora.

    Saludos.

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