miércoles, 24 de abril de 2013

La sombra de Caín - Alejandro Pedregosa

Sin florituras y sin grandes alharacas están escritos estos once relatos del escritor granadino Alejandro Pedregosa. Bastan las palabras justas para contar un cuento; cualquier añadido puede echar a perder todo el relato. Así, con esa mesura, están narradas estas historias de marcado caracter negro, de crímenes por envidia, venganza o por mero trabajo para subsistir. 

El punto de la venganza no es un hecho aislado de los personajes, si no que el propio autor se venga de la realidad, de la actualidad; así, los mossos  indultados, los ministros que miran a su ombligo o los ejecutores de los desahucios son condenados en estas páginas trasladando al papel esa rabia que muchos sentimos al ver las noticias. Sin embargo esta no es una obra política como muy probablemente sí lo sea, al menos en el planteamiento, su inmediata novela que saldrá a finales de este mes y que se desarrolla en Madrid en pleno movimiento 15-M. Lleva por título A pleno sol.

Aparte de la contención en la escritura, otro rasgo característico en este libro de Pedregosa es un sentido del humor muy sutil, una fina ironía, que consigue hacernos sonreir en medio de los crímenes que se producen.

Una grata sorpresa toparme con este pequeño, en cuanto a dimensiones físicas, primer libro de relatos de Alejandro.

lunes, 22 de abril de 2013

Safaris inolvidables - Fernando Clemot

Una veintena de cuentos componen Safaris inolvidables, segundo libro de relatos del escritor catalán Fernando Clemot tras su ya clásico, entre los amantes del género corto, Estancos del Chiado, una autoedición que consiguió hacerse con la VI edición del Premio Setenil. Corría el año 2009 y desde entonces Fernando ha escrito un par de novelas: El golfo de los poetas y El libro de las maravillas. A finales de 2012 aparecía Safaris inolvidables.

Todos los cuentos reunidos en esta colección están recorridos por una temática común: la memoria como forma de viaje interior, los recuerdos, los amores pasados y la inapetencia de vida. Así, muchos de los personajes que aparecen en este libro están sentados en una silla frente a un ordenador mientras que buscan localizaciones con Google Earth. Algunos acuden al pueblo de su ex; otros buscan la calle del amante de su novia; otros simplemente divisan paraisos terrenales, bosques inhóspitos o islas paradisiacas y se lamentan de no poder enseñar semejantes maravillas a la que otrora era su pareja. Pero ninguno de ellos hace nada para cambiar su situación. Prefieren vivir de los recuerdos ya que para estos personajes cualquier tiempo pasado fue mejor. Personajes, todos ellos, protagonistas y narradores en primera persona; con diferente nombre y diferente biografía pero todos con una misma voz. Una voz melancólica que se me antoja entronca con la narrativa portuguesa e italiana.

Mediante este macguffin, el programa informático que nos permite viajar en el espacio sin moverte del sillón, los personajes viajan en el tiempo a través de la memoria. Un pequeño detalle en la orografía, unas islas con forma de hoja o la aparición de un monumento provocan que salte un chip en la mente del narrador y se introduzca en las frondosidades de los recuerdos vividos, dotándolos de una pátina de nostalgia.

Veinte cuentos, pues, sobre la soledad del hombre contemporáneo en la era de las tecnologías, sobre los conflictos amorosos y los viajes interiores para (re)descubrirse a uno mismo.

martes, 16 de abril de 2013

La trama nupcial - Jeffrey Eugenides

Tras el éxito que obtuvo Eugenides con su ópera prima Las vírgenes suicidas (llevada al cine por Sofia Coppola) y deslumbrar a la crítica con Middlesex, premio Pulitzer 2003, llega a España, diez años después de su segunda novela, su tercera obra, La trama nupcial.

La novela se centra en el triángulo amoroso que componen Hanna, Leonard Y Mitchell. A lo largo de un par de años seguimos a estos tres personajes. Estos años son precisamente los más cruciales en sus vidas: el paso de los últimos meses en la universidad y la toma de decisiones vitales que te enfrenta con la edad adulta.

Hanna, eje central del triángulo, es estudiante de literatura y prepara una tesis sobre la novela victoriana. Este hecho recorre toda la novela puesto que, La trama nupcial es una revisitación de las grandes novelas decimonónicas inglesas donde la joven dama tiene que decidir con cuál de sus pretendientes se queda.

Este apunte me parece uno de los grandes aciertos del libro ya que puede leerse a varios niveles. Si uno es un lector neófito en la materia, puede leer y disfrutar de la novela de manera clara y sencilla ya que la historia está muy bien construida y sus personajes son muy humanos y creíbles. Pero, además, si se es un lector un poco más avezado, puede analizarse paso a paso esta novela en paralelo a las novelas inglesas del XIX. Amén de muchos guiños intercalados en sus páginas, como el hecho de nombrar a la loca del ático, todo el primer capítulo entronca y se puede explicar con la teoría deconstruccionista de Derrida y compañía que estaba en boga en los campus universitarios de letras en aquellos años ochenta, marco temporal en que se desarrolla la historia.

Eugenides ha sabido construir una novela victoriana ambientada en los últimos años del siglo XX a la par que una novela sobre el amor y las múltiples contradicciones y reacciones que provoca, lo que demuestra una vez más, a mi juicio, que en esto de la literatura está todo inventado temática y estructuralmente, pero que son los pequeños detalles y resquicios lo que hace que una novela más se transforme en una buena novela. Eugenides firma una gran novela clásica.

jueves, 4 de abril de 2013

Yo, precario - Javier López Menacho

De un tiempo a esta parte caen en mis manos diferentes libros de escritores que rondan los treinta o cuarenta años, con formación universitaria, másters, cursos, conferencias, que desde una primera persona protagonista narran sus vivencias personales. Dos son, al menos lo que he podido ver, los temas a tratar: de un lado la pérdida, como en Luz de noviembre, por la tarde, de Eduardo Laporte o la más reciente La hora violeta de Sergio del Molino. De otro lado, la precariedad laboral. Así, en La tienda y la vida, de Isabel Sucunza; Peaje, de Julio de la Rosa; o este Yo, precario, de Javier López Menacho, que es el que nos ocupa.

Javier López, al igual que muchos de  nosotros, se preparó para el futuro. Hizo su carrera y sus estudios de postgrado. Pensó que ese sacrificio se vería recompensado al finalizar los estudios con un puesto de trabajo acorde con su formación y bien remunerado. Pero la realidad, tras el paso académico, es muy diferente a cómo te la imaginas.

Así, Javier, o su álter ego en la narración, pasa por varios trabajos todos ellos precarios y mal pagados, rozando en ocasiones la dignidad personal. Así, va embutido en un traje de gomaespuma que simula una chocolatina; vestido de riguroso blanco con una sudadera azul, representando una reconocida marca de telefonía; o con los colores de la bandera de España y megáfono en mano animando a la selección.

La novela se divide en cuatro apartados, cada uno correspondiente a los diferentes trabajos que realiza a lo largo del libro. El primero, titulado El espíritu de la mascota, es el que trascurre bajo el pesado y caluroso traje de chocolatina gigante repartiendo el dulce en centros comerciales y ludotecas a niños. El disfraz de chocolatina sienta las bases del futuro del libro. Su protagonista comienza a escribir el día a día de la vida de una chocolatina gigante para, de alguna manera, refugiarse de su estado de perpetuo miedo y rabia a un tiempo. Miedo de no poder pagar el alquiler, de no poder hacer la compra, de no llegar a fin de mes, en definitiva. Y rabia por tener que aguantar y sacrificarse él para intentar paliar lo que otros, siempre más fuertes y poderosos, causaron. 

El siguiente apartado es La tabacrónica, donde es contratado como auditor de máquinas de tabaco. El protagonista nos narra cómo tiene que ir de bar en bar rellenando unos formularios acerca de la ubicación y los hábitos de consumo de tabaco del local. La desconfianza de los propietarios y las pocas ganas de colaborar son solo dos de los cientos de problemas con los que tiene que lidiar. 

El tercer capítulo son las Crónicas de bicicleta y en el nos da cuenta de su experiencia como repartidor de propaganda para la marca de telefonía.

Por último, en Crónicas de campeonato, el protagonista es contratado para hacer de speaker en un cine de Sant Cugat para los partidos que juegue la selección en la Eurocopa. 

Cuatro trabajos basura, como tantos otros que hay, solo una muestra de la situación por la que atravesamos los jóvenes de este país. Con este tipo de libros no puedo dejar de sentirme identificado. Esas miradas que te echan los dueños de un local cuando entras a su negocio con un maletín debajo del brazo o ese intento de vender un producto en el que no crees a otras personas y que te pone entre la espada y la pared porque, por un lado, siempre has jurado que jamás trabajarías en una cosa así, pero del otro lado tienes que comer. Así que te tragas tu orgullo y, como el protagonista en Crónicas de bicicleta, te sientes un infiltrado que trabaja desde dentro del sistema para poder desbaratarlo desde ahí. Y te lo acabas creyendo prque es la única manera en la que puedes hacer ese trabajo. 

Un libro, en definitiva, muy actual en cuanto a la situación que nos plantea, pero atemporal ya que siempre estarán los de arriba y los de abajo.