sábado, 31 de diciembre de 2011

La novela luminosa - Mario Levrero

No recuerdo bien cómo llegué a Levrero, o bien a través de un taller literario o bien a través de la facultad. Lo que sí recuerdo es que me recomendaron La ciudad. Por aquel entonces solo había una edición de Plaza & Janés de 1999 que solo podías conseguir a través de la segunda mano. Hice un intento de búsqueda algo apático y finalmente me olvidé de ella.

Un día, estaba trabajando en una librería,  vi en el catálogo de Debolsillo que sacaban un pack llamado la Trilogía involuntaria compuesto por La ciudad, París y El lugar. La edición salía en octubre de 2008 y creo que no hubo paso previo a la edición de bolsillo, es decir, que nunca salieron estos títulos en Trade en España. Los devoré con gran placer, especialmente el primero y el tercero. Eran puro Kafka. Los adoré. Descubrí que también salía en octubre de ese mismo año La novela luminosa. Así que también lo pedí. Sin embargo, y a pesar de lo que había disfrutado con los otros tres, no lo leí, sino que me puse a buscar más libros sobre este "raro" uruguayo.

Caballo de Troya había publicado en Junio de 2007 El discurso vacío y Dejen todo en mis manos. De inmediato los pedí al distribuidor. Descubro ahora, revisando unas notas, que este último libro lo leí el uno de enero de 2010 de madrugada (ya dos de enero). Según apunto en mi diario, me dormí y al par de horas me desperté como si hubiera dormido toda la noche. En vista de que sabía que no me iba a dormir de nuevo, cogí el el libro y me lo leí del tirón. Apunté: "Novelita corta, muy bien escrita, bastante kafkiana. Parece mentira cómo se puede crear algo que merece la pena con esa aparente sencillez. No es que sea una obra maestra, no me refiero a eso, es que Levrero consigue con un argumento sencillo una gran novela corta".

Todo este rollo parece que no tiene sentido, por qué no habla de una vez del libro, os preguntaréis. Bueno, creo que de alguna manera estoy hablando de él. Este libro es distinto, especial y, por ello, se merecía una reseña también distinta. En realidad estoy intentando plagiar su estilo en esta reseña; una licencia que me permito para despedir el año, por ejemplo. O porque es mi blog y escribo lo que quiero. Esa es mejor razón.

El caso es que no sé muy bien por qué, pero he dejado que La novela luminosa durmiera el sueño de los justos en mi estantería hasta ahora. Y visto con perspectiva, creo que he hecho bien, que hice bien en no leerla tras la Trilogía involuntaria. Porque esta novela es, de alguna manera, de muchas maneras, la summa (sí, con dos emes) literaria de Levrero. Bien es cierto que no he podido leer toda su obra, entre otras cosas porque no hay más editado en España. Se habla de unos cuentos escogidos que estaban prácticamente para salir de la imprenta allá por el 2008 pero, a día de hoy, ese libro no existe y, según me ha comentado un conocido que habló con la representante de ventas de Mondadori, para 2012 podemos esperar sentados.

Y de eso trata La novela luminosa. (Los que han leído la novela espero que hayan entendido el intento de homenaje a Levrero y los que no, a ver si les pica la curiosidad y la leen).

Mis mejores lecturas del 2011

Estas han sido, a mi juicio, las lecturas más placenteras del 2011. El ranking es puramente por orden cronológico de lectura.

1. Tiempo de vida, de Marcos Giralt Torrente. Ed: Anagrama.

2. El ruletista, de Mircea Cartarescu. Ed: Impedimenta.

3. El oficinista, de Guillermo Saccomanno. Ed: Seix Barral.

4. Nada es crucial, de Pablo Gutiérrez. Ed: Lengua de Trapo.

5. Knockemstiff, de Donald Ray Pollock. Ed: Libros del Silencio.

6. Verano, de J. M. Coetzee. Ed: Mondadori.

7. Sukkwnd Island, de David Vann. Ed: Alfabia.

8. Pampanitos verdes, de Óscar Esquivias. Ed: Ediciones del Viento.

9. Vidas Prometidas, de Guillermo Busutil. Ed: Tropo Editores.

10. Fabulosas narraciones por historias, de Antonio Orejudo. Ed: Tusquets.
11. Hacerse el muerto, de Andrés Neuman. Ed: Páginas de Espuma.

12. Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer, de Maximiliano Barrientos. Ed: Periférica.

13. Lulu, de Mircea Cartarescu. Ed: Impedimenta.

14. Diario del hombre pálido, de Juan Gracía Armendáriz. Ed: Demipage

15. Los pobres desgraciados hijos de perra, de Carlos Marzal. Ed: Tusquets.

16. La novela Luminosa, de Mario Levrero. Ed: Mondadori.

Pues sí, mi lista de diez tiene dieciséis títulos. No puedo cerrar una lista, no creo mucho en ellas, pero ahí está. Haciendo una estadística rápida vemos que la mitad de los títulos corresponden a libros de relatos y que de los dieciséis autores once son de lengua castellana, siete españoles (ocho si incluimos a Andrés Neuman).

viernes, 30 de diciembre de 2011

La magnitud de la tragedia - Quim Monzó

Considero a Quim Monzó como uno de los mejores cuentistas de la península de los últimos quince años. El porqué de las cosas o, mejor aún, la recopilación de Ochenta y seis cuentos, son de lectura obligatoria para todo amante del género. Heredero directo de Pere Calders (dentro de nuestras fronteras), y de los deconstruccionistas norteamericanos (fuera de la frontera) la obra de Quim Monzó destila ironía, sarcasmo y socarronería a partes iguales. Sin embargo, no le conocía como novelista.

Un cuarentón consigue, por fin, ligar con la vedette del teatro donde trabaja como trompetista. Van a cenar y el trompetista bebe más de la cuenta por lo que teme tener un gatillazo cuando estén a solas, que es exactamente lo que ocurre. Sin embargo, a la mañana siguiente se levanta con una erección que mantiene a lo largo de los días. Con esta premisa se inicia La magnitud de la tragedia.

Lo que en principio parece una ventaja, poder mantener relaciones sexuales de manera ininterrumpida, pronto se vuelve en su contra. La propia erección es una enfermedad que acabará con su vida en un plazo breve de tiempo.

Las situaciones grotescas que se dan solo son creíbles porque salen de la pluma de Quim Monzó, capaz de hacer verosímil lo más insospechado. Ahí radica su mayor acierto. Es una novela ágil que se lee de un tirón, con las características propias del estilo de escritura de Monzó, esto es, la mencionada ironía y el humor, o la contención verbal. Sin embargo, donde en los cuentos me parece deslumbrante ese uso del lenguaje, aquí se me hace chirriante y, a veces, incluso pesado.

De alguna manera creo que esta novela es un cuento hinchado que Monzó, que además domina la técnica de la elipsis de manera magistral, podría haber escrito en diez folios. En la contraportada se dice que se habla de amor, de odio, de soledad y del paso inevitable del tiempo y de la inevitabilidad de la muerte. Sí y no. Sí, porque al fin y al cabo todas las novelas hablan de una manera u otra de esos temas. Pero es como decir que no habla de nada. Y no, un poco relacionada con lo anterior, porque no profundiza en esos temas, están ahí porque el ser humano se mueve en esos parámetros, no porque Monzó trate de ellos. Se me ocurren unos cuantos cuentos en los que sí que habla de esos temas y de manera mucho más acertada.

martes, 27 de diciembre de 2011

Los pobres desgraciados hijos de perra - Carlos Marzal

Quien se acerque a estos doce cuentos del poeta Carlos Marzal se percatará de que la prisa no lleva a ningún lado. Lejos del giro en el último párrafo, del comienzo in media res, de sobresaltos varios, estos relatos están narrados con calculada morosidad; las historias avanzan lentamente pero con paso firme, con una prosa cuidada al detalle. Cada cuento necesita su espacio vital para palpitar por sí mismo y Marzal se lo cede.

Porque sus protagonistas en la mayoría de los casos evocan pasajes de su juventud; aquellos sí eran tiempos rápidos: fiestas con sus respectivos excesos, paseos en moto, una novia nueva cada semana o, incluso, cada día. Sí aquella época se vivió deprisa quizás lo mejor sea rememorarlo con calma, disfrutando de esos tiempos en los que la mayor preocupación era ganar el torneo de fútbol de verano con los amigos.

Hay dos cuentos que, por temática, me recuerdan a Velocidad de los jardines y La vida intermitente de Eloy Tizón. Tienen esa voz lírica y ese tono nostálgico del que cuenta algo sobre el final de la adolescencia. Se trata de Tierras Hondas y El primer tren de la mañana. Son dos de los mejores cuentos de la colección. En el primero el protagonista recuerda su primer amor verdadero, sus primeras veces con María, la chica más deseada de la pandilla. En el segundo, los viejos amigos se reúnen en una comida muchos años después y allí está ella. Solo que en este relato se llama Adriana, pero bien podría ser la María del otro.

A pesar de que son doce cuentos individuales persiste una mirada en todos ellos, un mismo punto de vista: la mirada del poeta.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Cuentos rusos - Francesc Serés

Antología de cuentos rusos de cinco autores nacidos en la antigua Unión Soviética. Con esta recopilación se repasa todo el siglo XX y comienzos del XXI, de una de las cunas de la Literatura del XIX. La traducción corre a cargo de Anastasia Maxímovna y la antología es obra de Francesc Serés. En total veintiún relatos que narran algunos de los episodios más importantes de la reciente historia de este inmenso país aunque, sin embargo, y a pesar de que se haga referencias, en algunos casos, a acontecimientos puntuales, estos cuentos son extrapolables a casi cualquiera de las coordenadas espacio-tiempo porque sus autores tratan temas universales. Como en toda antología, hay mejores cuentistas y peores; mejores relatos y peores.

Y hasta aquí podría llegar la crítica si no fuera porque no existen ninguno de los autores, ni la traductora que realiza el prefacio. El único verdadero es Francesc Serés, aunque no es el antólogo, sino el autor de todas las piezas que componen este libro.

Se trata, por ello, de un gran ejercicio de estilo, sin bien es cierto que no hay tanta diferencia entre estos cinco autores ficticios y llegamos, sí no a ver, sí a intuir que la mano que ha escrito estos cuentos es la misma. 

La prenda, lleno de ternura o El camino ruso, pura socarronería y mala leche, son dos joyas.

Curiosidad: el cuento titulado La campesina y el mecánico es igual en forma y fondo al titulado La vuelta, recogido en La fuerza de la gravedad. ¿Autoplagio?

viernes, 23 de diciembre de 2011

Paseador de perros - Sergio Galarza

El protagonista de esta historia es un inmigrante peruano que abandona Lima con la esperanza de un futuro mejor. Ese futuro mejor le lleva a Madrid ya que "es como una maternidad para los viajeros. Aquí todo empieza". Llega acompañado de su novia, Laura Song. Pronto descubren que sus planes no son como esperaban; ninguno de los dos tiene los papeles de residencia, así que no les contratan en ningún sitio. Al final acaba aceptando el empleo de paseador de perros. La relación entre la pareja va mermando poco a poco hasta extinguirse.

El nuevo paseador de perros recorre todo Madrid de punta a punta, desde el barrio de Malasaña donde vive, en el centro de la ciudad, en un barrio de moda, hasta las ciudades dormitorio feas y poco acogedoras, como es Coslada o Alcorcón, pasando por los barrios residenciales al alcance de unos pocos de Pozuelo o La Moraleja.

El narrador habla desde una voz amarga y poco esperanzadora. Las cosas no son como se lo esperaba; trabaja todos los días sin descanso y cuando llega a casa lo único que quiere es tumbarse en una cama bien hecha. Arremete contra los inmigrantes, a pesar de ser él mismo uno de ellos, quizás porque considera que está mejor preparado para hacer esos trabajos que realizan otros inmigrantes. De ahí su enumeración de músicos que a buen seguro, él sabe, no habrán escuchado la mayoría de las personas que atestan cada día el metro y los autobuses urbanos. (Como nota: de los cantantes que señala, recomiendo especialmente a Micah P. Hinson, un cantautor indie con una voz particular muy interesante).

El Madrid que retrata Sergio Galarza es el del día a día, el de personas solitarias rodeadas de la marabunta de la gran ciudad que combaten su soledad hablando con el primero que se cruce; personajes anónimos, como cualquiera de los que solicitan los servicios del protagonista, con sus miserias diarias y sus cuitas particulares.

Esta novela forma parte de una trilogía dedicada a la ciudad de Madrid. La segunda entrega llevará por título JFK, y será la biografía ficcionada del jefe del paseador de perros. Esperaremos a ver.

jueves, 22 de diciembre de 2011

La familia del aire - Miguel Ángel Muñoz


Todo amante del cuento sabe que existe un blog de referencia desde hace más de cinco años. Me estoy refiriendo a El síndrome Chéjov, claro, cuyo autor es Miguel Ángel Muñoz, también cuentista. Pero no es el momento de hablar del Miguel Ángel Muñoz escritor, sino del Miguel Ángel Muñoz blogger. En su bitácora da cuenta de todo lo relacionado con el relato, amén de incursiones en otros campos. Una de las secciones que le granjearon más visitas fue la dedicada a entrevistar a cuentistas españoles, desde los más consagrados como puede ser el caso de José María Merino o Cristina Fernández Cubas, a otros autores más desconocidos como Sara Mesa, pasando por referentes de los últimos años, como son el caso de Eloy Tizón o Ángel Zapata.

Desde que empezaron a publicarse estas entrevistas tuve el deseo de que alguna vez vieran la luz en forma de libro. En más de una ocasión estuve tentado de imprimirlas y encuadernarlas, pero me parecía un poco sacrílego unir todas esas preguntas y respuestas en un canutillo negro, así que prefería ir a su fuente original para releerlas. Ahora, la editorial Páginas de Espuma las reúne como se merecen: con una portada impresionante a cargo de Fernando Vicente; un prólogo muy interesante del propio Miguel Ángel Muñoz; y estructuradas en diversos capítulos, desde los decanos del género hasta los nuevos nadadores, en homenaje a uno de los grandes del género, John Cheever.

De las treinta y seis entrevistas no voy a hablar, es ridículo. De hecho, el propio intento de realizar una reseña de este libro es poco menos que innecesario. Las conversaciones que mantiene Miguel Ángel Muñoz con sus iguales me parece que hablan por sí solas. Muñoz compagina con gran habilidad e inteligencia preguntas relacionadas con el análisis de las obras de los autores entrevistados, con otras de carácter más general como pueden ser sus autores preferidos o un cuento que les sorprendiera en su momento. Los entrevistados se entregan en cada una de las respuestas. Al final, uno tiene la sensación de estar asistiendo a una charla entre dos amigos.

Alguno echará en falta algún nombre clave del cuento actual, y el propio autor reconoce la tara: “sin embargo, acabé por entender que el que pudiera publicarse un libro con ausencias incontestables era también una demostración de la riqueza y el vigor del cuento español de los últimos años”. Podríamos aplicar aquello de que no están todos los que son, pero son todos los que están.

Lo que sí me parece interesante es subrayar la necesidad de leer este libro con un lápiz a mano o, si sois muy puristas, con una libreta y un bolígrafo porque este libro es imprescindible a la hora de conocer por dónde camina el cuento español en estas dos últimas décadas.


Publicado en Culturamas el 21 de didiembre de 2011

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El precepto roto - Shimazaki Toson

Los eta o Burakumin son la clase social más baja de Japón aunque aparentemente no se distingue del resto de japoneses ya que comparten etnia, raza y lengua. Sin embargo, gracias al koseki, algo así como los estatutos de limpieza de sangre en España, se puede saber si un ciudadano japonés es un descastado. Tradicionalmente, la discriminación se produce debido a la ocupación que desempeñaban sus antepasados, normalmente trabajos relacionados con la muerte de seres vivos: cazadores, carniceros, ganaderos, curtidores o sepultureros. Carlos Rubio señala en el prólogo que estos trabajos eran considerados impuros: "debidos tal vez al fuerte énfasis del sintoísmo en las nociones de purificación, y del budismo, en la prohibición de quitar la vida a cualquier ser vivo".

Ushimatsu Segawa es un joven profesor eta que, sin embargo, y gracias a los esfuerzos de su padre, ha conseguido mantener en secreto su procedencia. El padre era consciente de que en el momento en que descubrieran que su hijo era eta, este sería rechazado así que insistió de manera constante para que, bajo ningún concepto, confesara su origen. Estas palabras las tiene muy presente Ushimatsu, pero por otro lado admira a Rentaro Inoko, escritor de origen eta, que no oculta su condición. Se da así una dicotomía entre la obediencia al padre de carácter confunciano, y la de ser uno mismo; la tradición y la modernidad. De esta manera, el joven Ushimatsu vive atormentado con su secreto y no sabe si contarlo aunque sea al escritor solamente.

Por otro lado, Toson construye una fuerte crítica social de la sociedad japonesa de principios del siglo XX, donde los intereses personales están por encima de cualquier otro valor, incluso por encima de la vida misma.

Buen descubrimiento, en definitiva, de este autor inédito hasta la fecha en una editorial de habla hispana (Sí se da el curioso caso de que la editorial Luna books publica libros en castellano de autores japoneses, pero su sede está precisamente allí, en Japón). Una vez más, una editorial independiente, nos muestra una joya desconocida.

martes, 20 de diciembre de 2011

Diario (1887-1910) - Jules Renard

Conocí a Jules Renard gracias a Vila-Matas. También gracias a Vila-Matas conocí a Emanuelle Bove, a Robert Walser, y a tantos otros. El escritor catalán se hacía eco de una de las sentencias que el francés apuntaba en su diario: "la vida es corta y aún así nos aburrimos". Uno, que es bastante existencialista, enseguida se sintió atraído por esta frase. Apuntó el nombre del escritor en una libreta, sumándose así a los quinientos nombres más que bailaban en sus hojas, y ahí quedó la cosa. Hasta el otro día que, paseando por Madrid, entré en Antonio Machado (la del círculo) y me lo encontré. Era una señal, había llegado el momento de comprarlo.

Gran parte de su diario se compone de aforismos como el mencionado más arriba, aparte de una ironía muy cercana al cinismo; se muestra bastante duro tanto con su obra como con la de otros escritores de su época. Por momentos da la sensación de ser un tipo envidioso con ansias de fama.

También llama la atención el profundo desprecio que sentía por su madre y, en menos medida, por su padre. No obstante, esta fue una de sus grandes obsesiones tanto en su vida como en su obra.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Curso de librería - Fernando San Basilio

Esta fue la primera novela de Fernando San Basilio. Leí hace poco, realmente muy poco, la segunda, Mi gran novela sobre La Vaguada y me pareció bastante interesante, así que decidí buscar su ópera prima.

El protagonista, del que nunca sabemos el nombre, ha sido seleccionado junto con otros parados para hacer un curso del INEM. El curso se llama igual que el título de la novela y, en tres meses, que es su duración, pertenecerán a la primera generación de libreros formados como tales. Pero qué pasa, que una librería, por mucho que tenga su encanto, por mucho romanticismo que haya detrás, es un negocio, y lo que importa es ganar dinero, poder vivir de ello. Por lo tanto las clases están centradas en el marketing, aunque también hacen un recorrido por la historia del libro (¡en cuarenta minutos!), e invitan a conferenciantes a dar diferentes charlas que giran en torno al mundo del libro. Es igual, todo es una gran mentira; lo importante es completar el curso de cuatrocientas horas para que:

A) La academía Diderot, que así es como se llama el centro donde tienen lugar las clases, reciba la subvención del Estado por dar cursos de formación ocupacional.

B) El Estado tenga la conciencia tranquila porque está haciendo todo lo posible por el pleno empleo.

C) Los alumnos se olviden por unas horas al día de lo miserables que son sus vidas.

Porque, al fin y al cabo, la novela va de eso, de perdedores. Pero no solo los alumnos son los perdedores, los profesores también acompañan a sus discípulos en la mediocridad.

Es cierto que hay una cierta crítica a las librerías, pero no me parece tan importante como el hecho de la situación que nos plantea a través de sus personajes: el cansancio de (sobre)vivir en la rutina y la falta de expectativas futuras.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Tania con i - Enrique Rubio

Con esta, su segunda novela, el escritor murciano consiguió el Premio Francisco Casavella en la edición de 2011.

El escritor Guillermo Ruano es un joven novelista encargado de realizar la biografía de Tania con i, una pueblerina que sin demasiadas luces ha conseguido tener el mundo a sus pies. Sin embargo, lejos de escribir una biografía al uso, Ruano intercala la vida de Tania con la suya propia, con mails que intercambia con sus editores, con su agente literario, etc. Para construir la biografía, el joven escritor se vale de dos decálogos dicotómicos: el de Robert Mackee, de corte clásico; y el de Vicente Verdú, de caracter postmodernista. Enrique Rubio juega con esa dualidad y construye su novela entremezclando aspectos clásicos con otros puramente vanguardistas.

Toda la novela constituye una crítica brutal y afilada hacia las modas, la imagen, la falta de personalidad, las tribus urbanas, supuestamente al margen del sistema capitalista y, sin embargo, absorbidas por el propio sistema. ¿Quién no se ha planteado alguna vez que pensaría el Che Guevara si se viese en cualquier objeto que se le pudiera ocurrir con su estampa inmortalizada por Korda? Sin ir más lejos, hace algunos años, se puso de moda, entre la gente más pija, los palestinos, esos pañuelos que llevaban no hace tanto un grupo mucho más reducido. Lo que antes se compraba en mercadillos y alguna tienda alternativa, de repente era uno de los complementos estrellas en Zara, Bershka o Springfield. Además disponían de una amplia gama de colores, que antes solo eran grises.

Además, Rubio arremete contra la generación nocilla, que también es muy contracultural, tanto tanto, que publican en grandes grupos y aparecen en todos los medios. Eso sí que es estar al margen.

Al igual que en la anterior novela (Tengo una pistola) Tania con i me recuerda a las novelas de Chuck Palahniuk en ese estilo provocativo, políticamente incorrecto y repetitivo. Por eso o te gusta o lo rechazas de plano.

Lo que es incuestionable es la capacidad de Rubio para construir algo diferente.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Tanta pasión para nada - Julio Llamazares


Inciso: no suelo hacer reseñas negativas; no al menos desde hace un tiempo. Puedo valorar aspectos positivos y aspectos negativos (como es lógico), pero si los segundos superan a los primeros prefiero no hacer ningún tipo de reseña. En este caso, sin embargo, al querer dar cuenta de los diez finalistas de los Premio Setenil veo consecuente comentar cualquier tipo de opinión que me merezca el libro. Dicho lo cual, comenzamos.

Su verdadero problema era que no estaba dotado para el relato (...) Por eso él no escribía cuentos: porque no era su distancia.


Así define el narrador al protagonista de Un cuento por encargo, un escritor al que le solicitan que escriba un relato para llenar el vacío de noticias que se produce en el periódico en la temporada estival. Lo curioso es que, como el propio autor señala en el prólogo, este cuento lo escribió para un periódico, por entregas. Esto nos hace pensar que, muy probablemente, Llamazares se enfrentara con el mismo problema que el protagonista del cuento, esto es, que pasaran los días y no supiera qué escribir, cómo abordar un cuento. Finalmente optaría por la metaficción para salir airoso. En ese sentido, honra al autor el sincerarse con sus lectores y poner en boca del narrador las palabras arriba señaladas.

Por otro lado, creo que casi todo cuentista entrevistado al que se le pregunta por qué cree él que el cuento no goza de muy buena salud y el público mayoritario sigue decantándose por la novela, un amplio porcentaje señala, entre otras cosas, que uno de los principales problemas son los cuentos escritos por encargo, normalmente pedidos a novelistas que no suelen dedicarse al relato corto, para rellenar huecos en los diarios. El resultado de estos compromisos suelen hacer un flaco favor al género breve. Aun en el supuesto de que miremos para otro lado cuando se dan estas circunstancias, lo que ya no logro comprender es por qué, no contentos con eso, le ofrecen la posibilidad al autor de, con unos cuantos relatos más, hacer un libro. Una vez más, Un cuento por encargo, nos da la respuesta: Aparte de pagar bien, cosa que ya sabía por experiencia, el periódico le brindaba una oportunidad de oro de contactar de nuevo con sus lectores. Llevaba tres años sin publicar un libro.

Desde El cielo de Madrid, en 2005, Julio Llamazares no publicaba una obra de ficción. Parece posible que desde la editorial recomendaran a Llamazares  llevar algunos textos a imprenta para saciar a sus lectores.

El resultado de este despropósito son tres cuentos por encargo, uno en una antología y los otros dos para un periódico, y un puñado más, hasta doce, que se parecen más a apuntes para una narración futura que relatos trabajados. Cierra la colección un microrrelato que me parece una de las piezas más destacables del conjunto.

Lo que verdaderamente me da rabia de todo este asunto, es que considero a Julio Llamazares un gran escritor, por eso me pregunto si era necesario este libro.

Reseña publicada en Culturamas el 13 de diciembre de 2011.

martes, 13 de diciembre de 2011

Ensimismada correspondencia - Pablo Gutiérrez

Antes que nada quiero dejar claro que esto no es una reseña (si es que alguna vez he hecho una reseña en este blog). Solamente es una nota marginal con unas sencillas pautas:

1. Un autor: Pablo Gutiérrez.
2. Un libro: Ensimismada correspondencia.
3. Una petición orden: Leedlo.

Finalista del II Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero, cuyo ganador fue Marcos Giralt Torrente con la obra El final del amor, Pablo Gutiérrez nos entrega nueve cuentos, más el que escribió para la revista Granta, que llevan su inconfundible factura. Y es que la prosa de Gutiérrez es fácilmente reconocible. Lo que es más complicado es tratar de averiguar sus influencias. Yo no se las encuentro, y creo que tengo algunas lecturas a cuestas. Su estilo me parece muy personal. Y por eso me resulta complicado hablar de esta lectura.  

Los relatos que componen la antología son duros, como la vida, pero hay poesía, también como en la vida. Porque lo importante es la mirada con la que se digan las cosas y la de Pablo Gutiérrez está llena de lirismo dentro de la cruda y monótona realidad.

Fin de la nota.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Diario del hombre pálido - Juan Gracia Armendáriz

Una vez más, no sé muy bien cómo, voy rebotando de título en título hasta acabar con Diario de un hombre pálido entre mis manos. Todo un descubrimiento. Es la magia de la literatura.

Juan Gracia Armendáriz sufre problemas renales desde hace años. A los veinte años le trasplantaron un riñón y ahora, veinte años después, espera un nuevo donante. A lo largo de los ciento sesenta y nueve días el autor nos narra ese periplo. La rutina de la diálisis, tres veces por semana; cuatro horas cada vez pegado a un riñón artificial que filtra la sangre por él. Nos habla de sus compañeros en la sala del hospital, de cómo sobrelleva cada uno la enfermedad, de las enfermedades que se generan a raíz de la insuficiencia renal, de la muerte de algunos de los pacientes, del trato de médicos y enfermeras un tanto indiferentes.

Podría parecer este un libro duro, y lo es en algunos aspectos y en la descripción de algunos pasajes desagradables, especialmente cuando habla del resto de pacientes con nefritis, pero Armendáriz no se muestra autocompasivo: señala las consecuencias de su enfermedad pero, más bien al contrario, se muestra lleno de vida, acude a un gimnasio donde quema las partículas malas de su cuerpo,  hace planes, y se vuelca en su hija Alejandra, un pilar fundamental por lo que se desprende del libro. En estas páginas hay sitio hasta para el humor más disparatado: véase la descripción que hace de los distintos tipos de orina como si de un enólogo se tratara.

Este es un gran libro y Armendáriz, al menos en este diario, da muestras de ser un gran narrador.

martes, 6 de diciembre de 2011

Los muertos, los vivos - Beatriz Olivenza


Con este libro de relatos la escritora madrileña Beatriz Olivenza se convirtió en la única mujer finalista de la VIII edición de los Premios Setenil, que otorga el ayuntamiento de la ciudad murciana de Molina de Segura al mejor libro de relatos publicado en el año. En esta categoría, Olivenza ha obtenido algunos de los premios más importantes a nivel nacional, como el Gabriel Miró o el Ana María Matute  de Narrativa de Mujeres. Además, tiene tres novelas publicadas.

El título de esta colección de relatos lo toma prestado del último verso del poema Vida Urbana, de Jorge Guillén. Tras un paseo por la solemnidad del cementerio, entre lápidas y silencio, el poeta se da cuenta de que fuera está el murmullo constante de la ciudad que no se detiene. Las dos últimas estrofas dicen así:

Hervor de ciudad
En torno a las tumbas.
Una misma paz
Se cierne difusa.

Juntos, a través
Ya de un solo olvido,
Quedan en tropel
Los muertos, los vivos.




Y así, en tropel, es como conviven los muertos con los vivos en este libro. Podríamos decir que es un libro de fantasmas, y no mentiríamos, pero nos quedaríamos en la superficie. En los nueve cuentos que componen la colección aparecen muertos, pero no dan ningún miedo, más bien al contrario. Nos dedican su tiempo infinito, del que disponen, para acompañarnos en la transición hasta la muerte, como ocurre en Acompañantes. En otras ocasiones vienen a la cena de Navidad; tras muchos años, vuelven a ocupar sus sillas. Así sucede en Reunidos. O puede que solo quieran mimar a su madre, enferma de cáncer, como en Olvido tras el cristal. Solamente hay un cuento en el que el fantasma dé miedo, es el que lleva por título Sueños simétricos. Aquí sí hay un elemento perturbador.

La poética de la autora para este libro la encontramos en la voz del narrador de Ángulo muerto. Tres amigos van al entierro de un cuarto. El narrador recuerda que no hace mucho se reunieron en la casa del difunto y en un momento de sinceridad se confesaron sus miedos más inexplicables, esos que nos acompañan desde hace tiempo como un castigo y que no nos atrevemos a contar.  Cuando le toca el turno al narrador dice: No sé que edad tenía cuando descubrí que a la gente que quiero se la tiene que tragar la tierra (…) ese día empezó mi condena.

Para que de alguna manera esos seres queridos no se vayan, Beatriz Olivenza los invoca y, lejos de ser almas errantes que siembran el pánico allá por donde pasan son, más o menos, como han sido mientras han vivido. Al fin y al cabo, ¿por qué iban a cambiar?

Reseña publicada en Culturamas el 5 de diciembre de 2011

lunes, 5 de diciembre de 2011

Los incógnitos - Carlos Ardohain

Dos publicistas no muy buenos, intento de escritores (han ganado algún concurso literario), y amantes de las novelas negras, deciden montar una agencia de detectives. Qué mejor que paliar la monotonía diaria con un poco de literatura. Porque al montar su agencia, Equis e Igriega, los protagonistas, van a ver colmadas sus ansías de aventura, de espionaje, de encuentros con seres desagradables o misteriosos.

Ópera prima del escritor argentino Carlos Ardohain, es una obra muy inteligente, que juega con la literatura de género pero con dos personajes que poco o nada tienen de detectives. Con fina ironía, Ardohain va construyendo la novela a base de pequeños capítulos que va focalizando en los diferentes personajes que pueblan sus páginas: Equis e Igriega, pero también la tarotista Tamara, el músico Fausto que vivió un pasado más glorioso, o la asistenta de este, Margarita. Además, se está escribiendo la novela de lo que está pasando. Cuando la realidad tome tintes de novela negra, la Literatura tendrá que tomar tintes de realidad.

Un punto a destacar son los diálogos donde, bajo su aparente simpleza esconden un lenguaje ágil y cargado de profundidad, que matiza a los personajes.

Es un libro para celebrar, que poco tiene que ver con las novelas postmodernas que andan de boca en boca para bien o para mal (eso es lo de menos, lo importante es que hablen de ellas). Y sin embargo, en esta novela también se habla de la novela dentro de la novela, se teoriza sobre la construcción de la misma, tiene algo de pastiche. ¿La diferencia? Supongo que la calidad y la invisibilidad del autor, tanto fuera como dentro de la novela.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Tengo una pistola - Enrique Rubio

Cascaradenuez, nuestro protagonista, es una especie de Hikikomori que lleva diez años sin salir de su casa. Su única relación es a través de Internet y con un psicólogo que viene a su casa de vez en cuando. Cuando esto ocurre, Cascaradenuez se pone un casco en la cabeza, por lo que el psicólogo realmente no sabe quién es. Además, quien suele hablar es el psicólogo, de modo que más bien parece que es el médico el que necesita tratamiento. No es casual que sea este, y no el paciente, el que se sienta en el diván. De esta manera, también se justifica que, después de un episodio desagradable que tiene lugar a mitad del libro, el psicólogo quiera seguir yendo a casa del Hikikomori.


La novela está estructurada en dos partes. La primera es la más brillante y te lleva hasta el límite. La segunda, en principio, parece que te decepciona, sobre todo al comienzo; sin embargo, es difícil mantener el ritmo de la primera parte donde Enrique Rubio ha tensado tanto las cuerdas que corre el riesgo de que se rompan. Por lo tanto, el cambio de actitud que toma el protagonista es una decisión muy inteligente por parte del autor.

Paralelamente a las idas y venidas de Cascaradenuez, el protagonista sueña por las noches que es el héroe de un videojuego, una especie de Resident Evil, en una Manhattan infestada de zombies. Esta historia del videojuego corre en paralelo con la principal. Si en el sueño es un héroe, en la vida real Cascaradenuez es un antihéroe, que se cree héroe y Elegido para desenmascarar la realidad.

El estilo se asemeja bastante a Chuck Palahniuk, sobre todo en la enumeración de datos estadísticos o la repetición de frases a modo de mantras: "Quien pillara unas vacaciones de pescador en los mares de Noruega a la intemperie, en medio de un ciclón."; "Quien pillara un atentado terrorista. Quien supiera dónde van a colocar la próxima bomba." También en esa especie de "Simón dice" que utiliza el escritor norteamericano: "AEnima dice que el Elegido debe renunciar a su cara"; "AEnima dice que CELOS es un parche para evitar criar los hijos de otro sin saberlo". Además el último tercio de la novela me recuerda bastante a El club de la lucha, sobre todo en la creación de la secta y en el amor como redentor, esto último también se encuentra en Pigmeo, aunque esta novela es posterior (al menos la traducción al castellano). Por último, el lenguaje, también se me asemeja a Palahniuk, cargado de sentencias tan políticamente incorrectas como no por ello menos verdaderas en muchos casos. Es por ello un libro incómodo de leer, excesivo en ocasiones y, sin embargo, consigue que queramos a Cascaradenuez, que le entendamos.

Poniéndonos tiquismiquis, no me creo las palabrotas que utiliza la Cajera: leche y coñe. Cada vez que las leía pensaba en Doña Rogelia. Tampoco me convenció el hecho de que Cascaradenuez y otro personaje de la novela sufrieran abusos escolares en su infancia. Me ocurrió igual con la película de Gus Van Sant, Elephant. En una escena salen los compañeros de clase tirando bolas de papel a los futuros asesinos. No creo que el autor justifique sus actos por el hecho de haber sufridos de pequeños, pero parece que de alguna manera se les legitima.

En cualquier caso, se trata de una muy buena primera novela escrita con pulso firme. En breve leeré su segunda novela: Tania con i, 56ª edición.

martes, 29 de noviembre de 2011

Loca Novelife - Elvira Rebollo

Eugenia es una profesora de español treintañera que, como buena profesora de ELE, se pasa media vida de aquí para allá dando clases: Singapur, Francia, Estados Unidos... en cada ubicación tendrá sus pequeñas historias, su día a día, sus pequeñas porciones de amor, de frustración, de soledad. Y todo eso lo volcará en una novela, que es la que tenemos entre las manos. Porque a Elvira le han aceptado en un Máster de Creación Literaria en Nueva York. Tras un primer cuento fallido que su profesor destroza sin contemplaciones, la anima a escribir sus experiencias como profesora. Así, Eugenia va encadenando pequeños acontecimientos que suman un todo, una experiencia.

Por todo lo dicho anteriormente, estamos ante una novela que tiene todos los ingredientes postmodernistas: narración no lineal, estructura fragmentaria, metaliteratura, el narrador es un trasunto del autor (aunque aquí aparece con otro nombre), etc.

Quizás su mayor baza es su falta de pretensiones. La novela es entretenida y se lee de manera ágil. En ocasiones es divertida, pero a veces lo intenta sin conseguirlo, con lo que se nota más el fallo.

En cuanto al estilo, intentando ser natural, con diálogos comunes, peca a veces de artificial, precisamente por querer darle ese aire de espontaneidad. Desde mi punto de vista la novela a veces cojea porque intentando ser "real", pierde verosimilitud.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Pasadizos - Juan Herrezuelo

La verdad es que no conocía a este autor palentino, aunque residente en Almería desde los doce años, y no ha sido hasta entrar en la lista de los diez finalistas del Premio Setenil de 2011, cuando lo "he conocido". Es curioso porque uno, que cada vez va teniendo más lecturas y, por qué no, algo más de conocimiento, de los finalistas de este año apenas conoce a cinco. De los cuales, solo ha leído varias obras de dos de ellos. Esto, no obstante, me parece perfecto, una nueva oportunidad de conocer a más autores, siempre y cuando tengan algo que contarme, claro.

Pasadizos, es el tercer libro de Juan Herrezuelo, tras un libro de cuentos Desde el lugar donde me oculto, y una novela, El veneno de la fatiga.

El libro está compuesto por nueve cuentos, donde a la manera cortazariana, introduce un elemento fantástico en la realidad cotidiana, como el campo de batalla que se despliega en un tablero de ajedrez en Plano secuencia; otras veces, utiliza planteamientos más unamunianos, como en el caso de Los pasadizos de la ficción, para mí el mejor cuento, donde un escritor se mete en su propia novela para buscar a un personaje escapado. Pero también contamos con relatos festivos, como Trópicos urbanos, donde ocurre un divertido episodio con un loro; o de tipo social, como lo es para mí, Volver a ser, sobre la soledad e "invisibilidad" de las personas mayores. Sobre todo por lo que se dice en las últimas frases de este cuento.


Los malos actos, es otro cuento a destacar, en el que un autor teatral compone una obra autobiográfica enmascarando aquellos pasajes de su vida que no quiere que vean la luz. Sin embargo, el actor que representa el papel protagonista consigue, mediante improvisaciones y retoques de guión, dar a conocer precisamente lo que el autor quería ocultar.

En definitiva, un buen descubrimiento, con nueve relatos bastante bien solventados, donde destacan un par de piezas.

Publicado el 18 de diciembre de 2011 en Culturamas

sábado, 26 de noviembre de 2011

Mi gran novela sobre La Vaguada - Fernando San Basilio

La famosa frase de John Lennon de: "La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes", podría aplicarse a esta novela de Fernando San Basilio. Así, Mi gran novela sobre La Vaguada es aquella que se va construyendo mientras que el narrador habla de ella y toma notas para escribirla en el futuro.


Porque el protagonista de esta novela es un aspirante a escritor que tiene una idea: construir alrededor del centro comercial de La Vaguada un microcosmo que refleje el mundo. Ese es su gran proyecto. Pero claro, tiene que trabajar para poder comer, tiene que relacionarse y tener vida social. Y también algo de amor, porque: "En el principio de muchas cosas estaba el amor". Con estas palabras empieza la novela.


San Basilio construye una novela del día a día en la ciudad de Madrid. La realidad es tan absurda que no hace falta mostrar situaciones extremas para sentir extrañamiento. Lo cotidiano ya es bastante grotesco e irreal. Como ejemplo, los trabajos con los que mal vive el protagonista, desde empaquetando golosinas hasta acompañante de viaje de un grupo de norteamericanos por España, pasando por el mejor de todos, escritor para dos supuestos emprendedores, cuya misión, la del protagonista, es contar la historia de estos dos sujetos "hechos a sí mismos". Además de los trabajos, las entrevistas que hace para corrector de un periódico, guionista del canal cocina, traductor de traductores mexicanos. Amén del curso del INEM sobre recursos humanos.  Yo la verdad es que me he sentido plenamente identificado con este ir y venir de puesto en puesto, a cual más absurdo. Además su crítica me parece más contundente y con mayor fuerza, quizás por su aparente calma, que la fábula de Isaac Rosa en La mano invisible.


Además, con cada nuevo trabajo, o amago de, el protagonista lo ve como una oportunidad para convertirse en el gran escritor que quiere ser, para ver la realidad que va a plasmar en su futura novela desde distintos puntos de vista.


También hay una crítica a esos barrios tan modernos de Madrid, donde parece que se respira arte allá por donde andes, que en cada cafetería hay cuatro o cinco escritores componiendo su gran obra, hay intercambios de ideas y sabiduría entre café y café. Pero, de algún modo, el protagonista también pertenece a ese grupo de futuros grandes genios que no acaban de escribir la obra que les hará ser inmortales porque la vida real les supera; vamos, que tienen que pagar facturas. Es aquello de que tienes que desconfiar de un escritor que te dice: "se me ha ocurrido una idea para un libro. Mañana me pongo con ella". Pues eso.


Lo mejor es el estilo, tan natural y aparentemente escrito casi a vuelapluma, tan ligero y ágil, que a buen seguro tiene un gran trabajo detrás. 

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Diarios (segundo volumen 2004-2007) - Iñaki Uriarte

Segunda entrega de los diarios de este autor semidesconocido más allá del País Vasco. Si bien es cierto que gracias al Premio Euskadi de Ensayo y al Tigre Juan se ha dado a conocer a un grupo más elevado de lectores, no es menos cierto que pocas librerías se han hecho eco de la noticia llevando algún tipo de iniciativa para hacer más visible el libro. Por contra, he llegado a ver un escaparate entero dedicado al Tigre Juan del 2011, esto es, a Óscar Esquivias y sus Pampanitos verdes, y el primer volumen de los diarios de Uriarte. Así que, tampoco nos podemos poner pesimistas. Pero sí que es una pena que este libro no llegue a más lectores.

Porque esta segunda parte sigue la misma tónica que la primera, esto es, nos encontramos frente a un autor que reflexiona con mucha ironía, pero también con mucho sentido común, sobre política, trabajo, familia o amistad. Que relee constantemente a Montaigne y a los clásicos y que adora a su gato Borges, al que considera bastante más humano que muchas personas.

Es curioso pero al leer a este autor tengo la sensación de estar leyendo a un clásico; si no fuera por las referencias a acontecimientos actuales, parecería que Uriarte es un personaje de finales del XIX y principios del XX. Además es de esos libros agradecidos que abres por la mañana, lees un par de párrafos al azar, y ya tienes para darle vueltas a la idea en tu cabeza durante el resto del día.

martes, 22 de noviembre de 2011

El santo del monte Koya y otros relatos - Izumi Kyoka

Satori ediciones es una editorial ubicada en Gijón que se dedica en exclusiva a la cultura japonesa. Tiene varias colecciones, aunque la que a mí más me interesa es Maestros de la literatura japonesa. Echad un ojo a su web tranquilamente.


Como toda editorial independiente que ha ido surgiendo en los últimos años, Satori cuida mucho la edición. No hay más que echar un vistazo a la imagen que ilustra el libro que nos ocupa. Además, el tacto de la sobrecubierta me recuerda mucho al de Impedimenta, editorial cuyos libros son auténticas pequeñas obras de arte.


Los cuatro relatos que componen este libro no se habían traducido hasta la fecha al castellano mientras que, en otros puntos geográficos, Izumi goza de cierto prestigio. Sin ir más lejos, en su país natal está considerado un autor de culto.

Al menos un par de cosas tienen en común estos cuentos y son el papel protagonista de la mujer y el amor. El amor romántico como exaltación máxima de la belleza incluso más allá de la vida. No obstante, Kyoka era un romántico. Con lo cual, la atmósfera, el ambiente, o la descripción de los espacios, juegan un papel de vital importancia. Actúa casi como un personaje más. Aún recuerdo con escalofríos la descripción del hombre que atraviesa el bosque, donde no se cuela un rayo de sol, mientras las sanguijuelas le atacan, en el cuento que da título a la recopilación.

Un par de relatos, El santo del monte Koya y Un día de primavera, están construidos con un fuerte componente de oralidad: historias dentro de las historias que unos personajes cuentan a otros. Además, en ambos casos también, las protagonistas son dos mujeres misteriosas y atrayentes que crean un ambiente inquietante en la narración.

Por contra, en El quirófano y en La mujer carmesí, las protagonistas femeninas son antiguos amores de los personajes masculinos. La única manera de poder seguir amándose es acabar con sus vidas.

Por último, señalar la gran introducción de Carlos Rubio que recomiendo leer después de haber leído los cuentos, ya que habla de ellos, y cuanto más inocentes se llegue al texto en primera instancia, mejor.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Tristessa - Jack Kerouac

Tras Satori en París y Pic, la editorial madrileña Escalera vuelve a rescatar otro título del "Jazz poet" Jack Kerouac, miembro destacado de la generación Beat.


En esta ocasión la acción transcurre en el México decadente de prostitución y drogas, donde Kerouac escribió algunas de sus obras. El escritor se ha enamorado de la prostituta adicta a la morfina Tristessa (nombre ficticio de Esperanza). Podríamos tildar su amor por la joven Tristessa como cándido, platónico, idealizado. Dentro de toda la miseria que rodea sus vidas, Kerouac saca a relucir la belleza que se esconde incluso en un cuerpo consumido por la adicción. Valga como ejemplo el siguiente pasaje de lo que es la tónica general del libro:


"Puedo imaginarme ahora con Tristessa en nuestro lecho nupcial entre perros y gatos y canarios y pulgas bajo la manta que cubre nuestra desnudez, hombro con hombro (bajo la mirada benefactora de la Paloma), ella inyectándome a mí o yo mismo metiéndome un chute de veneno multicolor directo a las carnes de mi brazo y de ahí a todo mi organismo que lo recibe clamoroso."


Porque estamos hablando de una novela poética, de una belleza siniestra, pero belleza al fin y al cabo.


En ese sentido, las ilustraciones de Dani Orviz, que además nos regala un póster a modo de mural, se ensambla a la perfección con el tono de Kerouac.

jueves, 17 de noviembre de 2011

El muñeco - Daphne Du Maurier

Llega el nuevo sello de la editorial Nevsky Prospects, Fábulas de Albión, cuyo propósito, como ellos mismos indican en su página es: "revelar las esquinas ocultas, desconocidas y oscuras de la literatura anglosajona". Por lo pronto, tienen pendiente la traducción de las obras de Michael McDowell, guionista de Beetlejuice o Nightmare Before Christmas. Pero antes debutan con este primer libro, obra de Daphne Du Maurier, autora de la novela Rebeca y del relato que posteriormente también adaptaría Hitchcock en Los pájaros. 


Trece son los cuentos que comprenden la presente antología, algunos de ellos inéditos en español hasta ahora. La mayoría de los personajes de la obra parecen sacados de un frenopático; leemos los cuentos sintiendo como los protagonistas arrastran algún tipo de tara mental. La madre que arremete contra su hija en Gato doméstico; la mujer manipuladora y con cierto aire de superioridad en Lapa; o el reverendo que incita al suicidio en Y ahora a Dios nuestro Padre. En otros cuentos, es la naturaleza la causante del comportamiento de los personajes, como en Viento del este. Otros, en cambio, tienen un componente fantasmagórico como es el caso de El valle Feliz; o el que da título al libro, El muñeco, el mejor cuento de la antología y el más perturbador de todos ellos.


Hay un pero, que no puedo dejar de mencionar, y es la descuidada revisión ortotipográfica. Me da rabia porque normalmente las editoriales pequeñas e independientes cuidan mucho de este aspecto. Es cierto que el diseño está cuidado, la portada, el tipo de papel, tamaño y forma de las letras. Sin embargo, si nos ceñimos solo al texto, hay no pocos errores. No solo de los más típicos como laismo/leismo, o alguna tilde de menos. Además, hay no pocas líneas que no están separadas por espacio, fruto supongo del párrafo justificado; en ocasiones falta alguna letra o preposición o se duplican un grupo de palabras.


No obstante, es un error a corregir, que si se produce de manera aislada no tiene la menor importancia. Confiemos en que así sea.

martes, 15 de noviembre de 2011

Siameses - Gonzalo Calcedo

La editorial zaragozana Tropo reedita, para regocijo de los amantes del género breve, estos dos libros de Gonzalo Calcedo, a saber: Otras geografías, premio NH en 1996; y Liturgia de los ahogados, Premio Alfonso Grosso en 1997. Ambos, sobre todo el segundo, no son fáciles de encontrar, por no decir imposible. Si además a ello se suma una cuidada edición, en la colección segundo asalto, dos prólogos de otros tantos dominadores de las distancias cortas como son Carlos Castán y Juan Bonilla, y como colofón una nota del propio autor, nos encontramos ante un libro cuanto menos imprescindible.

Los relatos que contienen este libro, diecinueve para ser más precisos, están emparentados con la mejor cuentística americana y esta es, en especial dos nombres, John Cheever y Raymond Carver. Pero también Salinger, Tobias Wolff o Richard Ford.  Las historias, mínimas en cuanto a trama, nos sitúan en el día a día de una pareja, de una familia o de un vecino, en la mayoría de los casos. Y aparentemente, no ocurre nada. Son vidas monótonas. Sigues leyendo y llegas, sin darte cuenta, al final del relato. Entonces te preguntas cómo ha sido capaz Calcedo de dejarte ese mal estar si crees que no te ha contado nada especial. Esa es la esencia de estos relatos y, prácticamente, de toda su poética.

Porque Gonzalo Calcedo construye atmósferas; con unas pequeñas pinceladas consigue crear un ambiente inquietante, lleno de personajes solitarios rodeados de gente, en una calma desasosegante, en una tensa espera, claustrofóbica, del que sabe que todo va a estallar en algún momento, aunque sea más allá del relato.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Lulu - Mircea Cartarescu

Dice Carlos Pardo en la introducción: "Lulu es una experiencia límite". Y tiene toda la razón. Vaya eso por delante. Pero, además, no es una lectura fácil. Ni mucho menos cómoda. Y puede que precisamente por eso la novela tenga tanta fuerza.

Desde el principio avanzamos a tientas, dejándonos arrastrar por las imágenes que va describiendo Cartarescu. Imágenes oníricas, poéticas, con tintes expresionistas. Por sus páginas aparecen una araña gigante, retretes infectos o fluidos viscosos. No sabemos muy bien dónde nos lleva el narrador en su descenso a los infiernos particular. Pero tampoco nos importa. Seguimos leyendo, nos vamos dejando atrapar por la tela de araña y finalmente nos encontramos, todo cobra sentido.

Victor, narrador y narratario de esta novela, tiene treinta y cuatro años. Es un escritor de cierto prestigio y se encuentra encerrado en una casa por voluntad propia, escribiendo sin parar, intentando averiguar por qué, con diecisiete años, en un campamento juvenil, se sintió tan perturbado con la aparición de Lulu, un compañero travestido. Lleva la mitad de su vida preguntándose la razón y ha decidido escribir sobre ello.

La editorial Impedimenta anuncia en la biografía del autor que van a publicar los dos libros de relatos escritos por este autor rumano: Nostalgia donde se recoge el cuento El ruletista, ya publicado por la editorial, y La bella extranjera. Además, señala Pardo en la introducción que también está pendiente la traducción de la trilogía Orbitor, según parece una obra bastante complicada (recordemos que la traducción de la primera parte ya está publicada por Funambulista). Esperaremos impacientemente.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Acantilados de Howth - David Pérez Vega

La generación que nació en los años 70 en España (y los primeros 80, como en mi caso) es aquella a la que le dijeron que lo mejor era estudiar, labrarse un futuro, una carrera nos daría estabilidad económica. La idea era más o menos así: hacías una carrera (desde hace unos años, además tienes que hacer un máster); con el título bajo el brazo ibas echando currículums y poco a poco ibas sentando la cabeza: conocías a alguien, empezabas a salir, te comprabas un piso. Pero, claro, nadie nos dijo que el piso, que está en una ciudad dormitorio, lo pagaríamos en 35 años. Tampoco nos dijeron que, bueno, a lo mejor si que conseguíamos trabajo, pero que ganar dinero ya es otra cosa, que para eso tienes que echar horas y horas, y eso, como es obvio, merma la relación en pareja, a la que en realidad ves más bien poco.

La primera novela de David Pérez Vega habla de esto, pero no solo. Ricardo, poseedor de dos títulos universitarios, trabaja como contable para una gran empresa en un centro financiero alejado de su casa. Lleva un año casado con Isabel, pero las cosas no van bien, muy posiblemente esté a punto de poner fin a su matrimonio.

La novela está construida a base de flashbacks donde Ricardo rememora sus años estudiantiles y su posterior viaje a Dublín. Tras acabar la carrera de ADE, y viendo que aún es muy joven para pasar a la vida adulta de trabajo con "traje", decide estudiar Ciencias Económicas. Su idea es hacerla en un año y luego, ya sí, ser un miembro más de la sociedad activa. Sin embargo, finalmente tiene que acabar en dos años. En un fin de semana de este segundo año, recién terminada su segunda licenciatura, va a Segovia a recoger un accésit en un concurso de poesía y es, en ese momento, cuando Ricardo sufre una pequeña epifanía, a mi juicio, que le lleva a plantarse en Dublín cuatro meses después. El protagonista conoce a un poeta salmantino que a pesar de su licenciatura en historia no ha trabajado en nada relacionado con eso. Vive de concursos literarios, viaja y lee. De alguna manera Ricardo se libera de la responsabilidad que nos atenaza una vez que acabamos la carrera, ese salto hacia la incertidumbre. Por su cabeza ya rondaba irse a Irlanda a mejorar su inglés, pero es a raíz de conocer al poeta salmantino cuando se decide finalmente. Y es en Dublín donde con más insistencia se detiene la memoria de Ricardo. El resto, tienen que leerlo.

A simple vista puede tratarse de una novela pesimista, donde el tiempo pasado es siempre mejor. Así, Ricardo rememora su estancia en Irlanda como los años más felices de su vida. Sin embargo, esto es algo que hacemos todos, él mismo reconoce que ha idealizado la situación y, al estar pasando por una mala época, es normal que se refugie en ese pasado aparentemente idílico. A mi entender la tesis de la novela es el poder de la literatura, al menos por un par de razones. La primera por la cantidad de referencias literarias que van apareciendo a lo largo del libro. La segunda es la condición del protagonista de, si no escritor, persona que escribe. Hace años escribió casi sin querer un poemario cuando peor lo estaba pasando: le había dejado su novia y había empleado un año más del que tenía pensado en acabar su segunda licenciatura. Ahora, Ricardo está escribiendo toda esta historia para exorcizar sus demonios y, es más, el final de la novela deja ver que, muy probablemente, esté armando otro libro de poesía.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Tangram - Juan Carlos Márquez

A diferencia del puzzle, las piezas del tangram funcionan por sí solas. Así, las siete piezas que lo componen son figuras geométricas. Un cuadrado, un paralelogramo, y cinco triángulos. En una novela-puzzle (suponiendo que exista el término, y si no queda bautizado in Nomine Patris...) cada pieza de ese rompecabezas solo tiene sentido en unión con el resto de piezas. La pieza, por sí sola, no tiene demasiado sentido.

En un tangram, en cambio, la pieza, como ya he dicho, es una figura geométrica, por lo que es perfectamente válida fuera del tangram.

Con esta primera novela de Juan Carlos Márquez ocurre igual. Las siete piezas que componen el libro tienen su propia autonomía y funcionan como relato de manera aislada ¿Estamos hablando entonces de un libro de cuentos? A mi entender no, puesto que, al leer los siete capítulos se produce una sinergia, aquello de que el conjunto es superior a la suma de las partes de manera individual. Así pues, Tangram es una novela. Y aunque fueran cuentos, que digo yo que eso es lo de menos. Que hablamos de literatura no de terminología.

También al igual que el tangram, donde se pueden construir diferentes figuras según como combinemos cada una de las piezas, la novela tiene la peculiaridad de leerse en el orden que se quiera. Si bien es cierto que las diferentes lecturas no va a dar como resultado diferentes novelas, sí que las matiza. De esta manera, creo que el thriller que supone Tangram sería mucho más velado si leyéramos los capítulos en otro orden porque, aunque insisto en que sí que creo que es factible poder hacerlo, no deja de ser menos cierto que la novela es circular: donde en el primer capítulo hay un secuestro, en el último se explica el porqué de ese rapto.

Los siete capítulos están escritos en primera persona aunque esta persona cambia en cada capítulo. Así las voces que alimentan la novela son variadas; tenemos al narrador algo cínico de El síndrome de Reikiavik; el lenguaraz monólogo de Gemelas; o la voz de la niña en Crotone.

Nos encontramos, pues, felizmente, con un libro de gran inventiva y poderosa agudeza.

martes, 8 de noviembre de 2011

Piercing - Ryu Murakami

El matrimonio formado por Kawashima y Yoko es uno más de los tantos matrimonios que existen. Acaban de tener una niña, Rie, y en el trabajo les va bien. Aparentemente es un matrimonio normal. Aparentemente. Porque desde hace dos semanas Kawashima observa dormir al bebé mientras con la mano derecha empuña un punzón. Siente deseos clavárselo a la niña, pero no puede hacerlo. Es su hija.

Kawashima oye una voz en su interior que le dice que para redimirse debe matar a alguien. Solo así superará los deseos de matar a su hija. Lo prepara todo para asesinar a una prostituta, Chiaki. Pronto se dará cuenta de que ella también padece un tipo de trastorno.

Tanto Kawashima como Chiaki sufrieron abusos durante su infancia. Él era brutalmente maltratado por parte de su madre, ya que le recordaba a su marido, al que odiaba. Ella, por su parte, era violada por su propio padre. Aquellos dos niños no han podido crecer sanos; han ido acumulando una serie de taras tales como escuchar voces, usar la violencia o autoinfligirse castigos.

La novela de Murakami es minimalista en el sentido de que se desprende de todo lo innecesario: solo se centra en ambos personajes, en sus mentes laberínticas, oscuras e impuras, de donde salen todas sus perversas acciones. Es una obra tremendamente adictiva que se lee en una tarde con el corazón en un puño.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer - Maximiliano Barrientos

Melancolía es la primera palabra que me viene a la cabeza para hablar de este libro. Otra es nostalgia. No solo nostalgia del tiempo pasado, sino también nostalgia de lo que podía haber sucedido. La última palabra es pérdida.

Los protagonistas de estos cinco relatos han crecido. Acaban de dejar la adolescencia para pasar a la primera juventud. Y no les gusta. Hacen suya la máxima de "cualquier tiempo pasado parece mejor". Se plantean preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez: ¿qué fue de nuestros sueños e ilusiones de juventud?; ¿qué estará haciendo ahora aquel primer amor?; ¿qué ha sido de ese chico que se creía invencible, intocable, inmortal, ese chico que eras tú no hace tanto?

Las fotos, como la memoria, son recuerdos de otro tiempo, pequeños flashes. Así, Barrientos construye estas cinco historias a base de pequeños fragmentos llenos de potentes imágenes y frases cortas. El narrador actúa como un demiurgo y aventura el futuro que les espera a cada personaje.

Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer es un libro desasosegante, no lo vamos a negar. Las historias te cogen con fuerza desde la primera frase e impiden que te separes de ellas mucho después de haber concluido su lectura. ¿No es acaso eso lo que pedimos a la buena literatura?

viernes, 4 de noviembre de 2011

El mundo de los Cabezas Vacías - Pedro Ugarte

Tienen estos doce relatos a un mismo narrador en primera persona, Jorge. Bueno, en realidad, son once, en Estación en la tierra el narrador protagonista es un marciano. Pero en el resto, es Jorge. Aunque este Jorge no siempre es el mismo. A veces es un hombre mayor y solitario que solo mantiene un mínimo contacto con la vecina (Una comedia romántica). Otras veces, es un hombre que descubre que no es bueno ser siempre sincero (El olor de la verdad). O puede ser un joven que no sabe ni cambiar la rueda del coche (El invento de la rueda).

Lo que tienen en común estos narradores es la mirada atenta de los hechos cotidianos en el mundo laboral, sentimental, y familiar, principalmente. Y esa mirada, atravesada por un prisma irónico y afilado, llega donde otras miradas no llegan, esto es, al borde casi del esperpento.

Así, por ejemplo, asistimos a las cenas de navidad que Jorge celebra con sus excompañeros, incluso después de que ya no quede en la fábrica ningún conocido (Amigos para siempre); Paseamos de la mano de dos culturetas de provincias autocomplacientes (Habitantes del limbo); o presenciamos, con los ojos como platos, cómo las mujeres de la vida de Jorge, su madre y su novia, visten al muchacho en cada ocasión (Azul marino o gris marengo).

Y mientras que leemos estos cuentos nos vamos avergonzando poco a poco, encogiéndonos en la silla, porque nos damos cuenta de que también pertenecemos a esa secta de los Cabezas Vacías.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Trenes rigurosamente vigilado - Bohumil Hrabal

En una pequeña estación de un pueblo checo conviven una serie de personajes esperpénticos, a saber: un jefe de estación que aspira a un título nobiliario pero que se pasa las horas de trabajo en un palomar con un uniforme lleno de cagadas de paloma;  un factor que estampa, un buen día, todos los sellos de la empresa en el culo de la telegrafista; la propia telegrafista, que no sabe muy bien las consecuencias que puede traer esto; y el narrador, un joven aprendiz ingenuo cuya propia virilidad pone en duda debido a un episodio desagradable con una chica.

Y fuera se está llevando a cabo la II Guerra Mundial.

Como hilo de unión entre estos dos mundos tan dispares, las vías de tren. Es cuando llegan los vagones cuando descubrimos el horror de la guerra: animales putrefactos, enfermos, soldados de las SS.

Bohumil Hrabal construye una novela cargada de humor negro y episodios desternillantes, como el del bisabuelo, herido de la I Guerra Mundial que vive con un sueldo que le otorga el Estado y que el se lo gasta en una botella de alcohol y cigarros diariamente; con las mismas, se va a reírse de los trabajadores por lo que recibe palizas cada cierto tiempo. Otro episodio divertido es el del abuelo del protagonista, hipnotizador que se plantó delante de los tanques alemanes para, con el poder de su mente, intentar detenerlos. Estos episodios, cercanos al absurdo, recuerdan en mayor o menor medida a Kafka. También se le compara con Hasek, el autor de Las aventuras del buen soldado Svejk.

Como contraste, vemos los estragos de la invasión nazi: explosiones, pasajeros que no llegan a su destino, paisajes desolados.

Esta aparente dicotomía casa muy bien debido al punto de vista del narrador, el aprendiz de factor cuya mirada candorosa consigue que el horror nos parezca aún mayor.