domingo, 30 de agosto de 2015

Despedida y cierre

Cuando abrí este blog, hará cosa de cuatro años, mi idea era dar voz a autores y editoriales fuera de los grandes grupos, autores mainstream y la publicidad exagerada que se encarga de darles cobijo. Durante este tiempo he conocido a grandes narradores, editores amantes de su trabajo y comentaristas muy acertados de los que me apuntaba sus recomendaciones. Pero de un tiempo a esta parte sentía que mis lecturas se precipitaban para hacer la reseña cuanto antes, a toda prisa y sin reflexionar.  Leer tiene que ser un placer y, aunque en ningún momento ha dejado de serlo, si que me auto imponía plazos estúpidos que no me llevaban a ningún lado y hacía que no disfrutara con su lectura de manera total. Siento los libros que se hayan podido quedar en el tintero por reseñar. Muchas gracias por este tiempo. Seguid leyendo. Salud.

domingo, 7 de junio de 2015

La garçonne - Victor Margueritte

Etimológicamente, la palabra garçonne proviene de "feminizar" el sustantivo francés garçon (chico) y añadirle el sufijo femenino -e. Hace referencia a un nuevo tipo de mujer surgido en el París de los años veinte que solía vestir y llevar el pelo como los hombres, como protesta y reivindicación de la igualdad de sexo (no de género, somos personas no objetos inanimados). Debemos la palabra a la novela del mismo nombre escrita por Victor Margueritte en 1922 que reedita ahora Gallo Nero.

Desde los primeros párrafos, consagrados a los recuerdos que Monique tiene tirada en la cama mientras que llega la hora para acercarse al rastrillo benéfico, vemos que la protagonista, a pesar de parecer una hija más de la alta burguesía parisina, es distinta. No le importa destrozar los trajes de encaje que otras niñas adorarían por ser "de princesa". Ella quiere recoger conchas y algas del mar y correr por el jardín. Tiene un alto sentido de la justicia y solo se casaría si estuviera enamorada. En su formación, una figura sobresale muy por encima de sus padres: su tía Sylvestre, su verdadera tutora.

Monique cuenta ahora con veinte años y se va a casar con Lucien, al que ha dado su virginidad a ocho días de la boda; pero qué más da, está realmente enamorada  Él, por su parte, es un mujeriego que lo que pretende es apoderarse del negocio del padre de Monique. Una noche Monique ve a Lucien en un restaurante con otra mujer. Se marcha de allí, coge un taxi a la vez que lo va a coger otro hombre y, resentida, decide vengarse de Lucien acostándose con el desconocido. A la mañana siguiente cuenta lo ocurrido a sus padres que, lejos de entenderla, pretenden que lo perdone y continúe con los preparativos de la boda. Monique decide abandonar todo y desaparece un tiempo de la vida social. Cuando reaparece, ya no es la misma. Se ha cortado el pelo y actúa sin preocuparse lo más mínimo por el qué dirán. Las experiencias amorosas y las drogas rompen las cadenas impuestas por una comunidad esencialmente machista. Moviéndose por los recovecos más oscuros y apartados de la sociedad Monique realiza una búsqueda interior para descubrir quién es realmente y qué quiere ser.

Es una novela dura e, imagino que tremendamente escandalosa para la época; por lo que he leído la obra fue duramente criticada y el autor condenado al ostracismo. Se le retiró, incluso, la Legión de Honor, la más importante de las distinciones francesa. Por desgracia, sigue vigente.

domingo, 31 de mayo de 2015

Cosas que decidir mientras se hace la cena - Maite Núñez

Primer libro de la escritora catalana Maite Nuñez, Cosas que decidir mientras se hace la cena es una recopilación de quince narraciones breves o muy breves y que han sido merecedores, en su mayoría, de los principales premios de largo recorrido de este país, como el Hucha de Oro o Luis de Val, entre otros.

El libro se abre con el cuento que da título al conjunto y que demuestra, en líneas generales, los principales temas que aborda Maite Nuñez. La soledad, la incomunicación, el no aceptar la realidad, el cambio o la inmovilidad ante los nuevos retos que nos propone la vida son algunas de las preocupaciones de la autora catalana. En este primer relato, una mujer piensa en su novio polaco de hace once años mientras prepara la cena para su novio actual, con el que está a punto de irse a vivir.

En el siguiente cuento, Reciclaje, se contrapone la trama con un gran sentido del humor. Es el cuento más breve de la colección. Frases cortas y directas, otras de las características de los relatos de este libro.

Estos relatos se enmarcan en el ámbito cotidiano donde en la mayoría de los casos hay una pareja en crisis, a punto de dejarlo si es que no lo han hecho ya. Pero lo narrado es solo una parte de lo que ocurre. Como ya apuntara Hemingway en su conocida teoría del iceberg, todo lo que subyace de los textos de Maite Núñez es una especie de bomba de relojería a punto de estallar. 

Puede que sea el debut literario de una nueva autora pero, no se dejen engañar, en los cuentos de Maite Núñez hay una gran labor de orfebrería, de reescritura y de oficio literario.


domingo, 24 de mayo de 2015

Suburbana - Claudio Mazza

Soy un tipo descreído. Muy descreído, de hecho. Suelo poner en duda más de la mitad de las cosas que me dicen u oigo. En el mundo del arte, el 90%. Ya saben: editores, prensa, amiguismo, intereses creados. Por eso cuando saltó la liebre por las redes sociales alabando esta primera novela del argentino Claudio Mazza, decidí hacerme con el libro. Contacté con la editorial que, muy amablemente, me envió a la semana siguiente un sobre acolchado con el libro en su interior. Si la novela no me hubiera convencido, no estaría escribiendo esto ahora. Solo reseño lo que me ha interesado, para mi no tiene sentido denostar lo que no me ha parecido bueno. Al fin y al cabo, la crítica negativa también provoca lectores, y hay mucho por leer como para perder el tiempo en cosas que no te llenan.

Renzo, argentino que vive en Madrid, viaja a Buenos Aires cuando le comunican que su padre sufre una cardiopatía. Ya en el hospital conoce a Alma, su hermanastra de la que no tenía noticia alguna. Ella le pide que le cuente cosas de su padre, ya que lo conoció ya siendo adulta. Enzo se pone a recordar. Se intercalan episodios: los de Alma y Enzo en el bar de enfrente del hospital, en el 2001, en pleno estallido del corralito, y los diferentes nueve de julio, día de la independencia argentina, en torno al familiar asado que preparaba el padre de ambos. Entre chorizo criollo, morcillas y carne se habla de las Malvinas, de la muerte de Perón, de la dictadura de Videla o de las madres de la plaza de mayo. Se habla de todos estos temas, de los últimos cuarenta años de la historia Argentina, pero se pasa por encima de ellos. La familia prefiere el silencio cuando los niños cuentas que los paran por las calles y les inspeccionan las mochilas; o cuando comienza una discusión con el primo milico. Mejor celebrar, que ya está aquí el asado.

Cuando Enzo le pide a Alma que cuente su historia, esta le entrega un cuaderno que engloba toda la segunda parte del libro casi en su totalidad. Enzo descubre que su vida y la de su hermanastra nada tienen que ver. Unos optaron por el sometimiento; los otros por la lucha y la expatriación.

Una de las cosas que más llaman la atención es la compleja estructura de la novela que Claudio Mazza solventa de manera impecable. Todo fluye a lo largo de las 250 páginas que uno se bebe sin separar la vista del libro. Además, la construcción de los personajes, tan llenos de vida, hacen de esta obra primeriza todo un descubrimiento. Una joya que no hay que dejar escapar.

lunes, 18 de mayo de 2015

Oso - Marian Engel

Una vez más, y entre el oleaje de la mesa de novedades, llega un título con el sello inconfundible de Impedimenta. Una nouvelle por primera vez traducida al castellano que data de 1976 y que le valió las críticas (por su carácter trasgresor) y los halagos (de Margaret Atwood o Alice Munro, entre otros) a partes iguales.

Lou es una joven y solitaria bibliotecaria que está liada con su jefe más por comodidad que porque realmente exista un amor entre ambos. Un buen día, la institución para la que trabaja hereda una mansión en una apartada isla. Hasta allí se desplaza Lou, a inventariar los objetos de la casa y la biblioteca. En la isla, aparte de con Homer, que tiene las llaves de la mansión y la trae comida de vez en cuando apenas sí se relaciona con ningún ser humano. Sin embargo, en la isla vive un oso con el que comienza una extraña relación. Es con el único ser vivo con el que parece que se encuentra cómoda. A través de esta convivencia, Lou va recobrando sus fuerzas, sus ganas de vivir, se transforma en una nueva persona. Oso habla de la vuelta a la Naturaleza, pero también del poder del amor, se manifieste este de la forma que sea.

Marian Engel narra de manera sincera, sin trampas, sin imposturas. Hay escenas de sexo explícito entre el oso y Lou, pero narradas tan magistralmente que no resulta nada perturbador y apenas algo extraño. Una delicatessen

domingo, 10 de mayo de 2015

Cosas raras que se oyen en las librerías - Jen Campbell

Como el propio nombre del libro indica, Cosas raras que se oyen en las librerías es una colección de anécdotas que la escritora y empleada en diferentes librerías Jen Campbell ha ido recopilando a lo largo de los años. Dividida en cuatro partes, Historias de la Edinburgh Bookshop, Historias de Ripping Yarns, Rarezas de otras librerías y, como bonus track, Malpaso añadió para esta edición Cosas raras que se oyen en las librerías españolas. Uno, que lleva los últimos años trabajando en diferentes librerías sabe que, por muy extraño que parezca, todas las anécdotas son reales. He trabajado en variados puestos de cara al público a lo largo de mi vida laboral y puedo asegurar que nada comparable a cierta clientela que se asoma por las librerías (aunque aún recuerdo a una mujer ofendida porque no supe decirle cuál de los dos arroces que me mostraba tenía mejor sabor cuando trabajaba en un centro comercial. No ya cuál era el que no se pasaba que, más o menos eso me competía, no, sino cuál estaba más sabroso).

Anécdotas que van desde las más simples, como puede ser la confusión del título o el autor, la falta del domino de la nomenclatura de las distintas partes de un libro (que te lleva a pedir un libro de chapa dura); pedir un número indefinido de libros (los suelen pedir por metros) pero con las tapas verde. Yo conocí a un hombre que se llevaba los libros compactos de Anagrama porque le "decoraban" la estantería del comedor (igual ahora continúa haciendo lo mismo con Libros del Asteroide, quién sabe). Otros intentan comprar cosas como árboles de navidad, leche o condones, y los hay que piden cosas inverosímiles como la segunda parte del diario de Anna Frank.

Libro divertido donde los haya, para leerlo del tirón. Para releerlo en cualquier momento. Para abrir una página al azar y alegrarte una mañana. Para regalar y ser regalado. 

domingo, 3 de mayo de 2015

Entre culebras y extraños - Celso Castro

La primera vez que oí hablar de Celso Castro fue a través de la editorial del tristemente desaparecido Gonzalo Canedo, Libros del silencio. Allí se publicó El afinador de habitaciones y Astillas. Ambas obtuvieron grandes elogios. Apunté los títulos en una libreta, junto a mil más que ya estaban anotados y otros cientos que se han ido sumando en estos últimos años. Y hasta hoy. Hasta este mes pasado que salía una nueva novela del autor gallego y decidí, por fin, conocer algo de su obra.

Poco se puede hablar de la trama. Apenas unos datos: bildungsroman, narrador sin nombre, sensible, algo hipocondríaco, conocedor de la obra de Nietzsche o Schopenhauer, existencialista, por tanto, enamorado de Sofía. De esos amores que duelen. La historia es lo de menos, casi banal. El padre muere al principio de la novela, en mitad de una cena. El narrador, en lugar de llorar su pérdida, le culpa de su trato despótico para con los demás... y el resto es lectura. Es el monólogo que se marca el protagonista a lo largo de las 154 páginas. Un monólogo cargado de imágenes poéticas, de rabia, la del adolescente contra el sistema preestablecido y de conflicto contra sí mismo. Novela pues, subjetiva, ya que el propio monólogo da pie a ello, donde el narrador es casi un erudito, más listo que la mayoría de adolescentes y, sin embargo, con su madre sobreprotectora vemos de nuevo al niño que aún no le ha abandonado.

De nuevo lo que prima en esta novela es el cómo se cuenta. Celso Castro es un narrador de la forma. Lo mejor es dejar de leer esta nota e ir a por el libro. Yo voy a pedir a mi librero los dos libros de Libros del silencio.

viernes, 24 de abril de 2015

Con el sol en la boca - Matías Néspolo

El Tano Castiglione es el protagonista de esta novela. El Tano Castiglione apenas habla en esta novela. Escucha, piensa, se abstrae, pero prácticamente no dice una palabra. Al comienzo de la novela lo podemos ver comiendo cubitos de hielo como quien come pipas en una reunión con el Negro Brizuela y su novia, la negra Mercedes. Mientras la pareja no deja de mandarse recados con dobles intenciones con el único fin de acabar discutiendo. El Tano quiere marcharse de allí, no solo del bar, sino de la ciudad. Hace más de un mes que no pisa la universidad, su relación con Verónica no va a ningún sitio, y siente un vacío inmenso. Decide quedar con su hermano, del que hace años que no sabe nada, no recuerda ni cómo se llama su sobrino, para pedirle el dinero necesario para empezar una nueva vida en Brasil. Ante la negativa de su hermano, va a ver a su padre, del que tampoco tiene noticias. El padre también le niega el dinero. Como venganza, el Tano se lleva el viejo coche de su padre y un cuadro del que oyó hablar en casa que era valioso. Fin de la primera parte. Fin de la narración en tercera persona. Fin, de alguna manera, de esta novela.

Porque la segunda parte está compuesta por monólogos interiores de distintos personajes que "hablan" por Tano. La Negra Mercedes, Verónica o Movie, un antiguo compañero de pensión, van completando el puzzle, no solo de la figura del protagonista, también de la historia del cuadro. Traiciones, delaciones, persecuciones, vuelta atrás a la Argentina de las dictaduras componen el rompecabezas. 

Matías Néspolo construye una compleja novela llena de matices donde los personajes están muy bien construídos cada uno con su propia voz y su diferente manera de expresar o de usar palabras manidas o vocablos locales. Una estimulante novela donde se le exige un pequeño esfuerzo al lector. Bendito esfuerzo.

domingo, 19 de abril de 2015

Vente a casa - Jordi Nopca

Primer libro de cuentos del joven autor catalán Jordi Nopca, del que no tenía ni la más remota idea de quién era. Sin embargo, en el mundo catalanoparlante este joven escritor y periodista tiene una novela, El talent (con muy buenas críticas), y Puja a casa, este mismo libro de relatos que el propio Nopca ha vertido al castellano y que se hizo con el premio Documenta 2014.

Dos son los pilares básicos en los que se apoyan estos cuentos: la pareja, normalmente sentimental, aunque también hay una pareja de colaboradores (autor y traductor, en la divertida La pantera de Oklahoma) y la crisis económica en la que nos vemos sumergidos. Muchos de los protagonistas de estas páginas han perdido su puesto de trabajo o malviven a base de empleos precarios. Además, la familia aparece de manera intermitente con abuelos enfermos y Barcelona a comienzos del siglo XXI es el marco cronotópico.

Diez relatos donde Nopca se va dejando llevar por la situación, va siguiendo a sus personajes o esa es la sensación que me ha dado. Y lo digo como algo positivo. Lejos de abigarrarse en las estrictas normas que parece que hay que tener en cuenta a la hora de escribir un cuento, el autor catalán va creando meandros y pocas veces los primeros párrafos tienen que ver con lo que luego es el verdadero meollo del cuento. Así, por ejemplo, ocurre con Las vecinas, donde una pareja de chinos ha conseguido montar un bar tras muchos años de esfuerzo. Sin embargo, la verdadera protagonista aparece más tarde. Por allí, por el bar, pasa doña Rosa arrastrando su borrachera y su secreto a voces. O la descripción precisa y llena de ironía de los distintos barrios de Barcelona con el que se inicia el cuento Ángels Quintana y Felix Palme tienen problemas, y que me parece que retrata de manera magistral la realidad que describe. Estos dos cuentos son probablemente los más sociales del conjunto, también los más duros. Y, sin embargo, Nopca introduce un chascarrillo, una ocurrencia, una broma que permite descargar la tensión. Así, un plátano metido en un tubo de escape por puro aburrimiento acaba siendo un acto de rebelión contra el sistema. O la declaración que se va a producir en breve en los baños de un centro cultural en Cine de autor. El cuento más desopilante es Navaja suiza, donde una pareja se empapa de la literatura del país al que va a viajar en los próximos meses. Dos cuentos, los dos primeros, No te vayas y Anillo de compromiso, son los más melancólicos, donde apenas cabe la ironía.

Relatos todos ellos buenos; algunos muy buenos. No son nada redondos, ni falta que les hace. 

domingo, 12 de abril de 2015

Pantaleón y las visitadoras - Mario Vargas LLosa

Uno va dejando libros por leer en pos de la última novedad del mercado, para ser el primero en leerlo o vaya usted a saber por qué. El caso es que tiene pendientes un sinfín de clásicos, otro poco de autores que le gustan y un puñado de clásicos contemporáneos, como este de Vargas Llosa, una novela con la que me he reído como hacía tiempo que no lo hacía con un libro.

Pantaleón Pantoja, admirado por su discreción y su fidelidad al ejército, es enviado a la zona peruana del Amazonas para llevar a cabo un delicado trabajo. Los militares destinados en aquellos lares se tiran semanas, incluso meses, sin catar mujer alguna; por ello, se han visto disparados los casos de violaciones e intentos de por parte de los milicos en los pueblos amazónicos. Para que está situación no llegue a mayores el capitán Pantoja es destinado a Iquitos con la misión de construir un prostíbulo itinerante en la más absoluta clandestinidad. Pantaleón Pantoja se muestra en contra de esta misión pero su amor por el país y su obediencia al ejército le llevan a desarrollar su encargo con el mayor de los celos. Meticuloso con su trabajo, no dudará en enviar los partes de cada una de las salidas de las meretrices: la cantidad de prostitutas que viajan, cuantos servicios hacen y la duración de los mismos, siendo estos informes la parte más desopilante del libro.

La novela está construída con el innegable sello del escritor peruano, con diálogos entremezclados que se dan en diferente tiempo y lugar; con extractos del programa de radio de Sinchi, crítico con el prostíbulo (a menos que se lleve tajada); con los mencionados informes de Pantaleón Pantoja y otros documentos militares tanto a favor como en contra del trabajo realizado por el capitán. 

Pantaleón Pantoja es uno de esos personajes entrañables que permanecen en el imaginario lector.

domingo, 5 de abril de 2015

Cicatriz - Sara Mesa

Cicatriz es el título de la última novela de la escritora madrileña, pero afincada desde niña en Sevilla, Sara Mesa. Autora de dos grandes libros de relatos como son La sobriedad del galápago y No es fácil ser verde; y de tres novelas: El trepanador de cerebros; Un incendio invisible y Cuatro por cuatro, novela finalista del Premio Herralde y que le valió el reconocimiento, aparte de la crítica, de un buen puñado de lectores nuevos.

Cicatriz es una novela epistolar del siglo XXI, es decir, que en lugar de misivas lo que se intercambian estos dos protagonistas son emails. Él es Knut Hamsun, ese es su seudónimo en el foro literario de Internet donde conoce a Sonia. Hamsun es un tipo apartado de la sociedad por voluntad propia, ni se adapta ni se quiere adaptar a ella. Es un gran orador y es capaz de conversar de cualquier tema dándole un punto de vista solemne y filosófico. Sonia, por el contrario, es una treintañera absorbida plenamente por la sociedad actual; trabajo mediocre, viviendo con los padres, teniendo novio ahora sí ahora no. Los largos mails de Hamsun la sacan de su anodina existencia. Desde muy pronto, aparte de las conversaciones, Sonia recibe paquetes con libros. Estos libros los consigue Hamsun robándolos en grandes superficies. Al principio son unos pocos. Luego los paquetes aumentan de tamaño para, entrando en una espiral difícil de salir, finalmente, los envíos ya no solo contienen libros, sino que también hay caros perfumes, ropa de grandes firmas o lencería fina. Llegados a ese punto la relación se ha tornado ya en enfermiza. Él la ha subyugado por medio de su cultura y su verborrea (que llega a resultar manida) mientras que ella se ha dejado seducir un poco porque a todos nos gusta ser agasajados, otro poco por el tedio de su día a día.

Uno de los mayores aciertos, a pesar del riesgo que ello conllevaba, es que solamente existen dos personajes (aparte del novio de ella que apenas aparece dibujado). El narrador esta focalizado en ella, por lo que todo lo que sabemos de Hamsun es por los ojos de Sonia; además sería difícil empatizar con él. El tono utilizado para ello es directo y preciso.

En cuanto a los temas, ya los trataba Sara Mesa en sus anteriores trabajos: la soledad del hombre actual, la obsesión y la idealización de la pareja, casi la "construcción" de cómo queremos que sea esa pareja.

Posiblemente esta es la mejor novela de la escritora hasta la fecha, la más ambiciosa y madura y, por qué no, pueda convertirse en una de las mejores novelas para este 2015.

jueves, 26 de febrero de 2015

La línea Plimsoll - Juan Gracia Armendáriz

En naútica, la línea plimsoll es una línea imaginaria que determina el peso máximo de carga que puede soportar una embarcación sin hundirse. Esa línea imaginaria es la que está a punto de rebasar, si es que no lo ha hecho ya, el protagonista de esta novela, Gabriel Ariz. Ha perdido a su hija Laura en un accidente de tráfico, se está separando de su mujer y le acaban de diagnosticar una insuficiencia renal por lo que se tiene que presentar tres veces por semana en el hospital y aguantar maratonianas sesiones de hemodiálisis. Este es el argumento del primer libro de la llamada Trilogía de la enfermedad que se completa con Diario del hombre pálido y Piel roja, y que le valió el Premio Tiflos de Novela allá por el año 2008. Llevaba el libro años dando vueltas por casa y a raíz de la noticia de que el próximo mes de abril publicará con Demipage su última novela La pecera (por cierto que en La línea Plimsoll ya se habla un par de veces de esta pecera) ha sido que me he decidido, por fin, a leer la obra.

Si en los otros dos libros de la trilogía la voz del narrador estaba en primera y a modo de diario, en este primer título la voz escogida es la tercera, si bien es cierto que es igual de intimista que las dos posteriores. Asistimos a la narración de una depresión, con su protagonista aislado en una casa en mitad de un bosque tupido que le protege. Si hay algo que caracteriza a la narración es el silencio. Apenas hay "ruido" en la novela, todo se desmorona alrededor de Gabriel, que apenas puede boquear como un pez dando vueltas en la pecera (creo que por ahí va la nueva publicación). Novela existencial, cruda, desgarradora y, a la vez, inmensamente bella, sensitiva.

Poco más que decir, siempre que un libro me impacta sobremanera no puedo más que indicar que se vaya a la fuente, a la lectura.

lunes, 23 de febrero de 2015

El origen de la tristeza - Pablo Ramos

El origen de la tristeza es el primer libro de una trilogía autobiográfica que tiene como protagonista al alter ego del propio autor, Gabriel. El segundo título sería el comentado hace unos días, La ley de la ferocidad, que se centra en la figura del padre y la muerte; el tercero, que aún permanece sin publicar en España aunque espero que Malpaso lo edite, En cinco minutos levántate María, que se focaliza en la figura materna.

Este primer título está compuesto por tres relatos que funcionan de manera independiente pero que al unirlos cobran una fuerza mayor sobre tres momentos en la vida de Gabriel. El primero de ellos lleva por título "El regalo". Se acerca el cumpleaños de la madre y Gabriel, para no regalarle la misma planta de siempre y que su hermano Alejandro se ría de manera condescendiente de él, decide trabajar unos días en el cementerio con su buen amigo Rolando, un borracho que podría ser su padre y que intenta sacar provecho en todas las circunstancias.

En el segundo relato, "El incendio del arroyo", el grupo de amigos de Gabriel, aquí ya sí todos de su edad más o menos, rondando los doce años, deciden hacer una rifa para sacar dinero e irse de putas. Este hecho, unido al incendio que se proclama en el propio arroyo donde habitan las prostitutas, y a la excursión que hacen hasta una cabaña situada en medio de la nada para conseguir vino, nos muestra la relación de los muchachos entre sí y con el entorno que los rodea, un suburbio a las afueras de Buenos Aires. Lodazales, ratas, y un cauce tan contaminado que provoca que las propias aguas se incendien. 

Por último, en "El estaño de los peces", Gabriel vive el intento de suicidio de su madre y la pérdida del negocio de su padre al mismo tiempo que se enamora de una nueva y joven profesora.

Narrado con un lenguaje sencillo, directo, es Gabriel el que narra y apenas es un niño, no tiene más vocabulario y dice lo que piensa, sin esconderse; con unos diálogos muy logrados que consiguen parecer naturales, Pablo Ramos nos muestra la Argentina de los años ochenta a la par que narra un momento crucial en la vida de todo Hombre, la pérdida de la inocencia, ese mundo que se tambalea entre la niñez y la incertidumbre de la adolescencia. 

jueves, 19 de febrero de 2015

París D.F. - Roberto Wong

La agencia literaria Dos Passos, junto con la editorial Galaxia Gutenberg, creó hace una año el primer premio Dos Passos a la primera novela. Su objetivo, dar voz a autores noveles. Esa primera edición la ganó el autor mexicano de 32 años Roberto Wong. Y he de decir que la novela es muy buena.

Arturo es un joven mexicano que acaba de cumplir los 33. Su sueño siempre ha sido viajar a París, pero como parece algo inalcanzable, se conforma con trabajar en la farmacia que lleva por nombre el de la capital francesa. Su vida se basa en el más absoluto tedio. Reparte medicina y aguanta gilipolleces de los clientes, de vez en cuando queda con Gema, su compañera de trabajo, un par de veces se han acostado. Y así van pasando los días. Arturo se deja llevar por la apatía mientras sueña con una vida más plena.

En medio de una jornada más, un ladrón entra en la farmacia. Dos tiros en la cabeza por parte de la policía acaban con el asaltante a escasos metros del propio Arturo. Este hecho altera su vida.

La novela es un puzzle donde se nos narra desde México, desde París sin salir de México (Arturo ha superpuesto ambos planos de la ciudad y hace turismo sin salir del D.F.) y, lo más importante, se nos narra desde fuera y desde dentro de la cabeza de Arturo, cada vez más desquiciado, más esquizofrénico, en un viaje alucinado hacia la locura, hacia el infierno personal que en este caso es el existencialismo más salvaje.

Gran primera novela, Roberto Wong maneja todos los recursos narrativos con gran solvencia; si bien es cierto que en ocasiones puede llegar a pecar de la utilización de esos recursos, algo natural en las primeras obras donde se intenta demostrar la valía de uno como escritor, en ningún momento se le va de las manos. 

domingo, 15 de febrero de 2015

La ley de la ferocidad - Pablo Ramos

La ley de la ferocidad se emparenta con aquellas novelas en las que el narrador, más o menos disimulado en un personaje pero que es el propio autor, nos narra la muerte de un ser querido. Desde Mi madre, de Richard Ford hasta El año del pensamiento mágico, de Didion, pasando por las españolas Tiempo de vida, de Giralt Torrente; La hora violeta, de Sergio del Molino; o Luz de noviembre, por la tarde, de Eduardo Laporte. Por no mencionar la emblemática novela de Francisco Umbral Mortal y rosa.

En este título, el alter ego de Pablo Ramos, Gabriel, vuelve al suburbio bonaerense de el Viaducto en Sarandí, para enterrar a su padre con quien nunca ha tenido una relación fácil. El cabeza de familia siempre se ha mostrado distante con su hijo. Gabriel vuelve después de cinco años para preparar el velatorio. Dos días, hasta que llegué su tío siciliano. Y después la incineración. La nada. Pero esa nada ya la sentía Gabriel desde mucho antes. Desde que abandonó el barrio y se convirtió en un hombre de provecho, no por ímpetu, no por sacrificio, sino por darle en los morros al padre, para decirle: "mírame, padre, soy más que tú. He triunfado. No como tú, peronista de mierda que jamás fuiste capaz de decir lo que sentías, de darme un beso, un abrazo, apenas una frase de cariño". Un poco por eso y otro poco por el vacío existencial, Gabriel entra en un bucle de autodestrucción a base de emborracharse, drogarse y tener sexo, o no pero si ir de clubs, con prostitutas, En el momento del entierro parece que ya está rehabilitado, pero al tener que lidiar con viejos  fantasmas durante 48 horas seguidas la recaída es inminente.

Escrito años después de la muerte de su padre y entremezclando retazos que ya estaban esbozados en diferentes soportes: en un papel, en un cuaderno, con una máquina de escribir, Gabriel reconstruye su infierno particular a la vez que la escritura le expurga de su pasado. Porque la escritura es el camino que elige Gabriel para su redención; la escritura como balsa salvadora en mitad del huracán.

Novela dura, con un estilo seco, directo, sin miramientos. No apta para todos los estómagos, Gabriel es un tipo que vomita sus palabras, porque tiene tanta mierda dentro que no le queda otra que expresarse así. La foto de la portada, un acierto; la escena de las palomas es toda una declaración de intenciones de lo que es la novela.

jueves, 5 de febrero de 2015

La librería más famosa del mundo - Jeremy Mercer

La librería más famosa del mundo no es otra que la Shakespeare and company; primero Sylvia Beach con su librería en la rive gauche, con ilustres clientes como Hemingway, Scott Fitzgerald o James Joyce. Después, George Whitman, ya con la ubicación actual, muy cerca de Notre Dame, hermanada con la librería de San francisco City lights, y con clientes no menos glamurosos: nada menos que la generación beat con Jack Kerouac y Allen Ginsberg a la cabeza, han hecho de esta librería a lo largo de las décadas un atractivo más de la ciudad de París, casi a la misma altura que la Torre Eiffel. Toda guía turística que se precie lo recoge como visita obligatoria; todo turista de pro tiene una foto en la archiconocida fachada verde y amarilla.

Hasta aquí llega un joven periodista canadiense, trasunto del propio autor, a finales del milenio huyendo de un delincuente de poca monta. Casi por casualidad se ve un día tomando té en una de las salas de la librería. Y allí se queda. Solo una semana, le comenta el huraño propietario. Un par de meses son los que estará finalmente. La librería es un especie de comuna, el propio George Whitman es un izquierdista reconocido que apoya las doctrinas marxistas. Su lema es "da lo que puedas, toma lo que necesites". Conviven entre estanterías a punto de desbordarse unos cuantos aspirantes a escritores: el poeta ex alcohólico es el más veterano, lleva ya cinco años y Whitman quiere deshacerse de él porque ocupa una sala y no permite que los clientes la exploren libremente. Pero también hay un argentino, un chino, una artista plástica y un par de dependientas hermosas. Pero por encima de todos ellos destaca la figura de George Whitman, una especie de Don Quijote moderno, que a sus ochenta y muchos años sigue siendo atractivo para las veinteañeras.

Todo es idílico en la librería, pero es un espacio mítico. La realidad es más cruda. Sus habitantes son poco menos que homeless que no durarían mucho ahí fuera. Sin casa, sin papeles, sin ingresos. La novela está contada desde un pasado que idealiza ese tiempo vivido y que posiblemente cambiara la vida al protagonista, pero  a buen seguro que las perspectivas no fueran tan halagüeñas en el momento de vivirlas. Así, la novela es amable, incluso tiene un toque edulcorado gracias a ese narrador que da testimonio de primera mano de su estancia en la Shakespeare and company, de cómo los problemas no son tales, o no tan graves, dentro de ese reducto mágico en medio de una gran ciudad. Y sin embargo, es amarga en el fondo. Son personajes desubicados, demasiado cándidos para la sociedad moderna. La amenaza exterior se manifiesta en forma de empresario que quiere hacerse con el edificio. Pero, aunque sea una utopía, o precismante por ello, hay que conservar esos espacios.

jueves, 29 de enero de 2015

El cielo de Lima - Juan Gómez Barcena

De todos es conocida la historia de Georgina Hübner, la andina que escribía cartas a Juan Ramón Jiménez declarando su admiración poética, primero, y su enamoramiento, después. El poeta, rendido ante sus encantos, se enamora perdidamente. Tanto, que decide ir a visitarla al otro lado del charco. Justo cuando se dispone a embarcar recibe un telegrama del embajador peruano: Georgina ha muerto. No menos conocido es que la tal Georgina Hübner nunca existió, sino que fue una invención de dos aspirantes a escritores, dos señoritos ricos que querían libros firmados del nobel español, difíciles de conseguir en el continente americano. A raíz de esta anécdota, el joven escritor Juan Gómez Bárcena construye la vida de estos dos limeños y de la correspondencia cruzada entre el personaje creado por ellos y el poeta español.

José Gálvez (de buena familia desde la cuna) y Carlos Rodríguez (nuevo rico gracias al negocio familiar del caucho) son los artífices de la broma. En vista de que ellos no se van a convertir nunca en poetas (saben que son malos escritores, saben que no tienen oficio, solo les gusta imaginarse siendo unos bohemios), al menos que una creación suya (Georgina Hübner) sea la musa para la construcción de una gran obra escrita por, nada más y nada menos, JRJ. Así, lo que empieza siendo un pequeño juego para conseguir algunos libros, va degenerando en la construcción de un personaje cada vez más sensual. Cada vez más sexual. Se produce un juego de espejos donde los protagonistas van creando a un personaje para hacerlo más real, mientras que el propio Gómez Bárcena va ficcionalizando a unos personajes que fueron reales. No en vano, una de las virtudes de esta narración es el juego que plantea el escritor santanderino entre ficción y realidad. Los protagonistas avistan desde su buhardilla a los habitantes limeños y los clasifican entre protagonistas y secundarios y a qué escritor pertenecen: a Galdós; a Zola; a Dickens. El propio Carlos se "enamora" de Georgina, porque es el ideal de mujer que anhela.

Tampoco es casual la elección del narrador. En tercera persona omnisciente, focalizando en todos los personajes, aunque sobre todo en Carlos. Es un narrador decimonónico, el que todo lo sabe, el que interrumpe la narración para dirigirse directamente al lector. Gómez Bárcena continúa con su juego, con esta novela que habla, sobre todo, de literatura, de su construcción.

A la vez que la pareja va modelando a Georgina, se nos describe la Lima de 1904, sus revueltas sociales, su lucha de clases. Sin caer en un exceso de datos, si que podemos entrever cómo era la capital peruana a principios del siglo pasado.

Pero el aspecto más destacado es, sin duda, la capacidad narrativa de Gómez Bárcena, el sentido del ritmo que le impregna a cada una de sus páginas, dominando la narración desde un primer momento; algo casi insultante en una primera novela. Espero hacerme pronto con el libro de cuentos Los que duermen, publicado también por Salto de página.

jueves, 22 de enero de 2015

Sueños de trenes - Denis Johnson

No recuerdo muy bien cuando leí Hijo de Jesús (en aquella colección de Debolsillo que llevaba un 21 y que estaba compuesta por autores como Foster Wallace, Palahniuk o Letehm, entre otros. Por cierto, el año pasado Random reeditó Hijo de Jesús). Debió ser hace diez o doce años, cuando me encontraba perdido en la facultad  y no sabía qué rumbo iba a tomar mi vida, hacia dónde quería redirigirla. Aquellos años fueron los que me formaron como lector. No fui un niño muy lector (aunque si me recuerdo leyendo libros, sobre todo en verano), ni tampoco un adolescente que devorara hojas. Fue en la veintena cuando empecé a descubrir autores, obras, librerías. Iba picoteando de aquí y de allá, sin mucho criterio, un poco por impulso y otro poco por lo que recomendaban diversas revistas. Supongo que una de las recomendaciones fue Denis Johnson. Del libro, tampoco tengo un especial recuerdo. Un libro de cuentos con algún tipo de relación entre ellos y personajes extravagantes (hablo de memoria, que conste. Igual estoy metiendo la pata hasta el fondo. Podría revisar de qué iba, pero prefiero dejarlo estar). No se parecía a nada de lo que hubiera leído hasta entonces pero, ya digo, tenía pocas lecturas encima. Ahora puedo aventurarme y decir que, si la memoria no me falla, se puede emparentar un poco con Bukowski o Carver. Tengo que releer ese libro.

Toda esta introducción larga e innecesaria para situar un poco la elección de un libro u otro a la hora de abordar mis lecturas. Dejé pasar Árbol de humo, en su momento no me interesó, pero he oído maravillas de él y al final seguro que caerá. Y este mes ha salido Sueños de trenes, una nouvelle que no hay que perderse.

En ella se nos narra la vida de un don nadie. Se llama Robert Grainier pero qué más da su nombre si ni él mismo tiene muy claro si nació en Estados Unidos o Canadá; si una vez muerto en su cabaña, tardan en encontrar el cadáver más de seis meses. Y eso que, como otros cientos de miles de trabajadores, contribuyó a la modernización del continente americano. Trabajó para diferentes empresas, construyendo puentes que acortaban las distancias y hacían la vida un poco más fácil a la hora de desplazarse. O cortando árboles. O de transportista. Pasó temporadas fuera de su hogar, apenas un terruño en mitad del Oeste americano. En una de esas ausencias, ocurre. Lo imprevisto. La catástrofe. Sin embargo, Robert Grainier no se replantea su vida sino que sigue, más o menos, como hasta ahora. Trabajando. Huraño. Casi invisible.

La prosa de Denis Johnson es seca, como la tierra en la que habita su protagonista. No le hace falta mucho alarde técnico para contar toda una vida gris y monótona en medio de un país en constante evolución. Johnson sazona esa sequedad con tintes de humor absurdo; en ese sentido, es impagable la conversación entre Robert Grainier y un hombre que ha sido disparado por su perro. Además, aparecen pinceladas de carácter epifánico o simbólico, lo que convierte este pequeño texto, en cuanto a dimensión, en una obra inmensa.

viernes, 16 de enero de 2015

Los hermosos años del castigo - Fleur Jaeggy

He de reconocer que no conocía nada de esta autora suiza cuya lengua de expresión es el italiano hasta que no leí una reseña de la escritora sevillana Sara Mesa para Estado Crítico (curiosamente una reseña no demasiado positiva. Podéis echarle un vistazo aquí). La obra en cuestión, El dedo en la boca, no era la más representativa de Jaeggy; era la primera novela que publicaba y, en palabras de la propia Sara, "es una historia a medio cocer". Sin embargo recomendaba dos novelas breves con las que poder iniciarse en el universo de la escritora suiza: Los hermosos años del castigo y Proleterka. Como ambos compartimos admiración por el "raro" uruguayo Mario Levrero y, por mi parte, considero la obra de la propia Mesa como una de las voces más originales del panorama narrativo español, me hice con el libro que intentaré comentar a continuación.

He leído, a posteriori, críticas positivas y negativas de esta nouvelle. Lógico. Sin embargo no deja de ser curioso que gran parte de esas críticas, tanto las positivas como las negativas, se basaran en el mismo punto de partida: su prosa está compuesta por frases sencillas, breves, asépticas, deslavazadas en recuerdos de los años de la protagonista en un internado de Appenzell. Y aquí viene la diferencia; para los detractores, esas frases se les quedaban en nada, en vacío, en un no contar. Para los partidarios de este texto, esa aparente vacuidad está cargada de un ambiente sombrío, claustrofóbico, de una sexualidad latente que está aflorando en las muchachas internas en el cantón suizo. Y es que esta novela no tiene acción, es reflexiva, sensorial. Entiendo las dudas de los que no comulgan con este tipo de escritura. Son poco más de cien páginas, me lo leo en poco más de una hora y ya puedo poner otro palote a mi lista de libros leídos. La manía de la cantidad por la calidad. Pocas páginas, de corrido lo tengo hecho. Pero no es así, Los hermosos años del castigo es una novela densa, en tanto en cuanto que precisa de un lector predispuesto a completar lo que calla la narradora. Porque esas frases simples esconden una complejidad en su interior que no se te va a desvelar; eres tú, lector, el que tiene que participar. Ahí es donde entra la Literatura. Esa que siempre hay que escribirla con mayúscula. La que se nutre de autor y lector y no se entiende sin la aportación de uno sobre el otro y del otro sobre el uno. La Literatura es bidireccional. Lo otro son historias.