lunes, 27 de octubre de 2014

El vigilante - Peter Terrin

Michel y Harry, dos vigilantes de un bloque de apartamentos de lujo mantienen todo bajo control haciendo rondas por los sótanos del inmueble. Cada quince días reciben la visita de un repartidor que les trae provisiones para las siguientes dos semanas; además, otro vigilante vendrá a relevarlos en breve. Un día, sin previo aviso, comienzan a irse todos los propietarios. Posteriormente le siguen los criados y cocineros. Todos se van. Harry ha contado treinta y nuevo propietarios que se han ido de un día para otro. Por lo tanto, falta uno que se mantiene en el edificio. Además, el repartidor ha dejado de venir y el sustituto tampoco llega. Comienza así las elucubraciones de estos dos vigilantes, sobre todo de Harry. Dos teorías son las que mantiene: o bien esto es una prueba de sus superiores para ver si están capacitados de dar el salto al cuerpo de élite, lo que les garantiza casi  una jubilación anticipada, vigilar en una gran mansión, por los jardines llenos de luz y salir por fin del zulo en el que trabajan; o bien algo ha sucedido ahí fuera, una catástrofe, una epidemia o o una guerra bacteriológica. Sea lo que fuere, lo mejor es mantenerse firmes en sus puestos de trabajo, llevando a cabo las rondas con más celo si cabe e implantado algunas nuevas reglas que llevar a cabo.

Narrada desde el punto de vista de Michel nunca sabremos, al igual que le ocurre a los dos protagonistas, que es lo que pasa realmente ahí fuera. Vivimos en la era de la información, con un solo click tenemos a nuestra disposición más información de la que podemos asimilar y es por ello que cada vez sabemos menos, leemos información sesgada y no comprendemos la mitad de las cosas. Peter Terrin compone una gran metáfora de la vida actual aislando a estos dos vigilantes en el edificio de alto standing.

Novela oscura y claustrofóbica muy bien dosificada en pequeños capítulos que se van haciendo cada vez más densos e impenetrables. No olvidemos que se nos narra en primera persona, por lo que Michel cada vez está más confuso. Comienza siendo descriptivo pero a medida que avanza la trama se vuelve más introspectivo, se plantea más preguntas y se adentra en el mundo de la psique para intentar comprender la situación. A este respecto, la última parte te mantiene pegado al sillón, divagando por los meandros de la mente de Michel sin saber en qué momentos le está jugando malas pasadas su conciencia. El final, escalofriante. La novela, un acierto de Rayo Verde.

miércoles, 22 de octubre de 2014

En el café de la juventud perdida - Patrick Modiano

He de confesar que no tenía pensado leer al último premio Nobel de manera inmediata. Quizás echarle un ojo por encima y decidir si seguía con su lectura o no. En cualquier caso, este si que era el título que quería hojear. Uno de mis compañeros de trabajo lo leyó y me dijo que le apetecía que lo leyera así que me lo pasó el fin de semana y me lo leí del tirón. Porque sus apenas 140 páginas dan para leerlo de esa manera. 

Estamos en los años sesenta parisinos y un grupo de jóvenes sin mucho futuro se reúnen en el café Le Condé, en la bohemia rive gauche, a pasar las horas. Un día, entre los parroquianos habituales aparece una joven muchacha de apenas veinte años a la que bautizan con el nombre de Louki. La tal Louki es un personaje misterioso del que poco sabemos. Modiano nos va dando pequeñas pinceladas de la chica a través de los cuatro narradores que aparecen en la novela: un joven asiduo al café que es un nño de papá en comparación con el resto de clientes; un detective cuarentón que investiga a Louki; la propia Louki; Una pareja que tuvo Louki.

Lo interesante de la novela, aparte del tono melancólico y pausado que desprende sus páginas, una morosidad de aquel que siente la nostalgia de unos años que no volverán, esa juventud perdida que aparece ya en el mismo título, es la descripción que hace Modiano de los personajes. Los coge en un momento dado de la trama, nos cuenta muy someramente de ellos algún detalle, y los deja marchar. Ese "pasar de puntillas" por ellos permite al lector participar en el libro, de manera muy especial pasa con Louki. Al hablar cuatro personajes de ella, cada uno bajo un punto de vista, cada uno un poco enamorado a su manera, el lector completará la misteriosa biografía de la muchacha. También el ambiente me parece un dato a tener en cuenta en el libro, el París mítico de los sesenta, poco antes de la revolución de Mayo del 68. El lector pasa por las páginas como un flâneur callejeando por una ciudad que ya no existe, observando a sus gentes, viendo escaparates y fachadas.

Me apetece seguir con el autor, aunque mucho me temo que sus obsesiones literarias de reconstrucción de la memoria y la ciudad de París no harán más que repetir la misma fórmula en otras novelas. No obstante, me apunto estos libros que el escritor peruano Ricardo Sumalavia recomienda del reciente Nobel francés.


lunes, 13 de octubre de 2014

Canciones de amor a quemarropa - Nickolas Butler

Cuatro amigos se reencuentran en su pueblo natal tras varios años sin verse. Acuden a la boda de Kip, el agente de bolsa que se había trasladado a Chicago a triunfar en los negocios. Ahora regresa no solo para su boda, sino para instalarse de nuevo en el pueblo. Ha comprado una vieja fábrica abandonada para rehabilitarla y dar con ello vida al pueblo. Henry, por su parte, nunca salió de allí, se casó con Beth, su primera novia, y vive junto con sus dos hijos de granjero. Ronny no ha vuelto a ser el mismo desde que le dio aquel colapso fruto de tanto alcohol en su sangre. Lee es el gran triunfador, se ha convertido en un cantante de fama mundial, se rodea de grandes estrellas, incluso estuvo unos meses casado con una; sin embargo, es el que más solo se siente, el más vacío, el que más echa de menos el pueblo.

Nickolas Butler va dando voz a cada uno de los personajes; cada capítulo es narrado bajo el punto de vista de uno de los protagonistas, los cuatro amigos y Beth. Al tratarse de una novela polifónica, el propio lector puede ir reconstruyendo la historia de sus vidas.La narración es lineal y va avanzando con las diferentes voces, aunque está muy presente el pasado de cada uno de ellos, cuando eran poco más que un grupo de veinteañeros soñadores que acudían a la fábrica a beber cerveza en el tejado hasta que amanecía. Ahora han pasado los años, ya no vale con reunirse en torno a unas latas y dejar que los problemas se disipen a medida que se van vaciando litros. Es el momento de afrontar la realidad, volver al pasado e intentar poner remedio a lo que te ha atormentado todos estos años. La amistad no parece ya tan duradera y las fisuras son cada vez mayores.

Tiene la virtud este libro de atraparte desde las primeras páginas, por ese estilo sencillo y desenfadado, tocando temas tan universales como el amor, la amistad y el apego a la tierra. Muy buena primera novela que no creo que tarde en rodarse su adaptación al cine. Da pie para ello. De hecho, en ocasiones, parece el esbozo de una película indie. El tiempo lo dirá.


miércoles, 1 de octubre de 2014

En lugar seguro - Wallace Stegner

Continúa mi labor de lectura de parte del catálogo de libros del asteroide. En esta ocasión otra de las joyas que la editorial catalana editó hace ya seis años: En lugar seguro.

Larry y Sid son dos jóvenes profesores de universidad con vocaciones parecidas; ambos quieren dedicar su vida a la literatura pero, mientras que Larry sí que lo consigue, la vena poética de Sid es cortada de raíz por su esposa Charity, mucho más práctica que le insta a que publique trabajos académicos para poder ganarse la vida cómodamente. A Charity le gusta tenerlo todo bajo control y, Larry acepta y convive con esta circunstancia. Esta es la única nota discordante que se da en toda la novela. Aquí no hay adulterio entre amigos, traiciones ni fracasos superados a base de alcohol. Lo que se cuenta es una historia íntima de cuatro amigos que comparten sus vidas a lo largo de treinta años. El encargado de poner por escrito estas vidas es el escritor de los cuatro, Larry, que rememora su vida desde la casa de veraneo de sus amigos. Han ido a despedirse de Charity, que padece un cáncer terminal.

Novela que trascurre sin sobresaltos, es una vida apacible la que viven sus cuatro protagonistas, que para muchos puede parecer que no ocurre nada, cuando en realidad está llena de matices. Me recuerda en algunos pasajes a James Salter solo que Stegner es más naturalista mientras que Salter es más cosmopolita. Canto al amor y a la amistad, que no es si no otra forma de amar.