domingo, 29 de abril de 2012

Yo que he servido al rey de Inglaterra - Bohumil Hrabal

Prestad atención a lo que voy a contar ahora.

Es difícil resumir el argumento de Yo que he servido al rey de Inglaterra. Podría ser algo así como un chaval aprendiz de camarero que descubre el poder del dinero y cuya finalidad en la vida será hacerse millonario. Y, a partir de aquí, todo estalla. Porque esta novela es una explosión de incontinente verborrea. El protagonista va avanzando en la acción a través de sus experiencias en diversos hoteles. Podría decirse que va prosperando, pero no sabemos muy bien a qué precio, y mucho menos es como él se lo esperaba. Los sucesos más disparatados, inverosímiles y surrealistas se aceptan como naturales: un banquete pantagruélico para el emperador de Abisinia; un niño cuya mayor preocupación es clavar clavos en el suelo; o una abuela que recoge la ropa interior que tiran desde los balcones. Todo es perfectamente válido en el universo de Bohumil Hrabal.

Y, como sucedía en Trenes rigurosamente vigilados, de fondo la reciente historia checa (checoslovaca mejor dicho): la ocupación nazi, la resistencia y el posterior dominio comunista está en esta novela en el trasfondo y se ve perfectamente a pesar de que casi no hay ninguna referencia explícita a los acontecimientos que tuvieron lugar durante la primera mitad del siglo pasado.

¿Os dais por satisfechos? Pues con esto termino por hoy. (Pero no dejéis de leer a Hrabal).

martes, 24 de abril de 2012

Chulapos mambo - Juan Carlos Méndez Guédez

No me considero un experto en la obra de Juan Carlos Méndez Guédez (ni de ningún otro escritor, en realidad), sin embargo, sí que creo apreciar unas cuantas características comunes en sus novelas y cuentos:

La inmigración como forma de sentirse de alguna manera extraño en un lugar que, aunque lleve muchos años viviendo, nunca será el suyo.

El amor como motor de la vida.

El sexo como consecuencia del amor, aunque no necesariamente.

El humor como celebración de la vida.

La ironía y el cinismo no exento de crítica política y social.

De todos los elementos citados, en Chulapos mambo se explota sobre todo los dos últimos: el humor y la ironía; un humor salvaje, sin miramientos, en ocasiones esperpéntico y muy cercano al surrealismo. Muy de novela inglesa tipo Tom Sharpe o David Lodge. En el ámbito hispánico me ha recordado en ocasiones a las novelas de Antonio Orejudo. Así que, efectivamente, estamos ante una novela de humor, de esas que los críticos de este país suelen vilipendiar vaya usted a saber por qué, cuando parecen no recordar que el libro fundacional de nuestras letras es, entre otras muchas cosas, un libro de humor. ¿Qué es sino El Quijote?

La novela tiene como protagonistas a tres personajes dispares entre sí. Alejandro es un empresario que ha conseguido el éxito gracias a la firma de ropa que dirige; Simao fue hijo acomodado hasta que los negocios de su padre fueron a la quiebra y ahora tiene que malvivir hacinado en una casa pequeña junto con su mujer, sus padres, su hermano, su cuñada y un pastor alemán mientras se gana la vida molestando a una anciana para que abandone su piso de renta antigua; Henry Estrada decide dejar todo para dedicarse a la escritura, pero no tiene el más mínimo talento. Ni oficio. El destino de los tres se une en el momento en que Alejandro decide buscar un amante para su mujer con el fin de que así lo dejé a él en paz y, a su vez, pueda estar con su propia amante. A partir de este punto de partida, la novela se construye en base a las peripecias que viven estos disparatados personajes.

Estructuralmente, cada capítulo focaliza la mirada en uno de los personajes. Tanto el narrador de Alejandro como de Henry están en tercera persona, mientras que Simao narra desde la primera.

El libro lo edita Casa de cartón, del escritor José Luís Torres Vitolas ( no dejéis de leer 5:37).

sábado, 21 de abril de 2012

Un buen chico - Javier Gutiérrez


Cuando en el 2009 trabajaba en una librería una chica vino un día preguntándome por un libro titulado Esto no es una pipa. Por más que intenté buscar la información (no se acordaba del nombre del autor), solo conseguí información sobre el cuadro de Magritte y sobre el libro de Focault. Me dio mucha rabia porque me tomaba las búsquedas raras de los clientes como algo personal. Tres años después me ha hecho ilusión encontrarme con este título en la biografía de Javier Gutiérrez.

Después de la anécdota, vamos al libro.

Un buen chico es una grata sorpresa, de lo mejor que llevo leído del año junto con Compañía K. Una de sus mejores bazas es el estilo narrativo que utiliza. Está narrado, al menos en parte, en segunda persona y, que recuerde, he leído muy pocas narraciones con este tipo de narrador (recuerdo la magistral Aura, de Carlos Fuentes, por ejemplo). Además se intercalan diferentes conversaciones en el espacio y en el tiempo, lo que la convierte en una novela muy interesante. Por si fuera poco, el autor nos va desgranando la información en pequeñas cápsulas y, aunque vamos intuyendo qué ocurre, no cerramos la historia hasta las últimas páginas.

En cuanto al argumento, gira en torno a un grupo de jóvenes que en los años noventa formaron un grupo de música. Excesos, drogas y una manera un tanto "peculiar" (llamémoslo así) de divertirse provoca la disolución de la banda. Diez años después, el pasado sigue persiguiendo a algunos de sus componentes.

jueves, 5 de abril de 2012

Martin Dressler-Steven Millhauser

El subtitulo de esta novela lo dice todo: Historia de un soñador americano. Y eso es lo que es Martin Dressler; desde su infancia ayudando a su padre en la tabaquería hasta regentar sus propios negocios, Martin encarna la figura del American Dream, del hombre hecho a sí mismo, al que nadie le regala nada pero que, con esfuerzo, puede llegar a lo más alto. Sin embargo, ese triunfo en los negocios te puede alejar de otros valores como la familia, la amistad, o el propio goce de la vida. En su obsesión por seguir creciendo, Martin se desentiende de todo lo que no sea su trabajo, lo que me ha recordado en algunos aspectos a Ciudadano Kane. Y es que, aparte de por sus claros acercamientos temáticos, la narración de Steven Millhauser es de corte clásico; esta novela es la de un narrador nato que no olvida que hay muchas formas de contar una historia y no por utilizar la más sencilla desmerece el resultado final.

Sencillo no quiere decir simple, ya que hay un pequeño matiz que diferencia ambas palabras. De hecho, la novela de Millhauser es relativamente compleja en cuanto al desarrollo psicológico del personaje, especialmente en el plano sexual y en el plano megalómano, ya que las construcciones que proyecta de sus edificios son poco menos que expresionistas y kafkianas; construcciones que son la representación de su propia psique.

Interesante novela que me pasó desapercibida en su momento ya que, pese a que la apunté, en un periodo muy breve de tiempo, desapareció de las librerías.

miércoles, 4 de abril de 2012

Shiloh - Bobbie Ann Mason

Podríamos decir que este es otro libro sobre personajes corrientes que, viviendo en la América profunda, consumen sus anodinas vidas sin que les ocurra nada especial. Y lo es. En esta breve nota no voy a tratar de buscar la diferencia o ese pequeño detalle que hace que este libro sea mejor que otro de iguales similitudes minimalistas. Porque puede que no sea mejor. Pero, desde luego, no es peor. Entonces, ¿por qué es recomendable su lectura? Bueno, porque su principal baza es esa: que es otro libro sobre personajes simples que no les ocurre nada fuera de lo común. Quizás pueda parecer esto una crítica negativa o, cuanto menos, neutral. Y, sin embargo, lo que trato de decir es algo positivo. Muy positivo.

Imaginemos de repente que se descubriera un libro nuevo de Raymond Carver que, por determinadas circunstancias, hubiera estado todos estos años en una caja abandonada del trastero. No creo que ningún aficionado a este tipo de literatura se echara las manos a la cabeza exclamando: "¡Oh no, otro libro de Carver". Pues esto igual. Porque este libro no es otra imitación del estilo de Carver (algo medianamente recurrente en estos años y no siempre con resultados satisfactorios); este libro es contemporáneo (de hecho, se publicó un año antes que el monumental Catedral).

Por lo que el lector se va a encontrar con trece historias sobre personajes (normalmente centrados en las relaciones de pareja) que actúan como podría actuar tu vecino o tú mismo. Esto es, sin nada que destacar en el día a día. Y es a través de sus acciones, y la manera de ejecutarlas, como vemos cómo se definen y evolucionan psicológicamente los personajes; ya sea cortando un árbol, pintando cuadros de sandías, o conduciendo una autocaravana.

Por su estilo, es a través de los silencios donde mayor información se facilita. La narración comienza y, pasadas unas páginas, se acaba. Aparentemente nada ha sucedido y, sin embargo, se ha tambaleado todo el mundo de los personajes.

Si te gusta la tan nombrada, en este blog, triada de autores norteamericanos (Carver-Ford-Wolff) te gustará este libro.