En lo que va de temporada literaria, es la editorial Libros del asteroide la que está publicando libros más interesantes; a mi juicio, claro. Esto no deja de ser un blog totalmente subjetivo donde no pretendo otra cosa que hablar, poco y mal casi siempre, de aquellos libros que leo y me merecen un mínimo de atención.
El último que ha caído en mis manos de la editorial que hace una de las portadas más llamativas de todo el panorama literario español, es este clásico de la literatura china, Familia, de Ba Jin, relato de cierto carácter autobiográfico ambientado en la China convulsa de 1919 y 1920.
El tratado de Versalles que ponía fin a la I Guerra Mundial perjudicó a una débil China, perteneciente al bando vencedor, en favor de Japón, mayor potencia que la del Imperio del sol naciente. Si ya de por sí las relaciones chino-japoneses no eran buenas, este reparto trajo consigo un fuerte rechazo a todo lo japonés. Miles de estudiantes se manifestaron en la plaza de Tiananmen. Los altercados se saldaron con numerosos detenidos. Además, paralelamente, se estaba produciendo en China un cambio profundo de su propia idiosincracia. Los ciudadanos más jóvenes querían abrirse al mundo y ponían en tela de juicio tradiciones ancestrales como el casamiento de conveniencia, o que las mujeres debieran llevar el pelo largo y el espeluznante vendaje de pies al que eran sometidas desde muy pequeñas.
Este enfrentamiento entre lo clásico y la ruptura hacia el modernismo se ve reflejado en la familia Gao, sobre todo en el abuelo y patriarca, y el tercero de los hermanos Gao, Juehui. Cuatro generaciones conviven en una misma casa, cuatro generaciones de una misma familia acomodada que sigue fiel a las tradiciones o, al menos, si no está de acuerdo con la continuidad, se mantiene al margen y callado, acatando unas órdenes en las que no cree aún a costa de perjudicarle seriamente en su vida. Así, será Juehui el que encarne ese espíritu del cuatro de mayo de 1919, aunque incluso él, se verá en alguna ocasión paralizado.
Familia, a pesar de ser una gran novela de corte clásico, peca en algunos aspectos de novela de tesis, dejando a algún personaje algo desdibujado y forzando el argumento para dejar clara su postura. No obstante, es cuando Ba Jin se libera de las ideas, cuando aparece el gran narrador capaz de dar cuenta del primer tercio del siglo XX chino a través de una familia.
El último que ha caído en mis manos de la editorial que hace una de las portadas más llamativas de todo el panorama literario español, es este clásico de la literatura china, Familia, de Ba Jin, relato de cierto carácter autobiográfico ambientado en la China convulsa de 1919 y 1920.
El tratado de Versalles que ponía fin a la I Guerra Mundial perjudicó a una débil China, perteneciente al bando vencedor, en favor de Japón, mayor potencia que la del Imperio del sol naciente. Si ya de por sí las relaciones chino-japoneses no eran buenas, este reparto trajo consigo un fuerte rechazo a todo lo japonés. Miles de estudiantes se manifestaron en la plaza de Tiananmen. Los altercados se saldaron con numerosos detenidos. Además, paralelamente, se estaba produciendo en China un cambio profundo de su propia idiosincracia. Los ciudadanos más jóvenes querían abrirse al mundo y ponían en tela de juicio tradiciones ancestrales como el casamiento de conveniencia, o que las mujeres debieran llevar el pelo largo y el espeluznante vendaje de pies al que eran sometidas desde muy pequeñas.
Este enfrentamiento entre lo clásico y la ruptura hacia el modernismo se ve reflejado en la familia Gao, sobre todo en el abuelo y patriarca, y el tercero de los hermanos Gao, Juehui. Cuatro generaciones conviven en una misma casa, cuatro generaciones de una misma familia acomodada que sigue fiel a las tradiciones o, al menos, si no está de acuerdo con la continuidad, se mantiene al margen y callado, acatando unas órdenes en las que no cree aún a costa de perjudicarle seriamente en su vida. Así, será Juehui el que encarne ese espíritu del cuatro de mayo de 1919, aunque incluso él, se verá en alguna ocasión paralizado.
Familia, a pesar de ser una gran novela de corte clásico, peca en algunos aspectos de novela de tesis, dejando a algún personaje algo desdibujado y forzando el argumento para dejar clara su postura. No obstante, es cuando Ba Jin se libera de las ideas, cuando aparece el gran narrador capaz de dar cuenta del primer tercio del siglo XX chino a través de una familia.
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