Conocido principalmente por ser el editor de la revista The New Yorker y dar a conocer los primeros textos de Salinger, Updike o Cheever, William Maxwell fue también un excelente narrador aunque su faceta de escritor quedó ensombrecida durante muchos años por la de editor. Libros del asteroide ha recuperado parte del legado de uno de los mejores narradores del siglo XX norteamericano.
En esta breve novela, poco más de doscientas páginas, William Maxwellse enfrenta a la muerte de la madre (Maxwell perdió a su madre siendo él un crío). Corre el año 1918, la I Guerra Mundial ha llegado a su fin y la gripe española asola Estados Unidos. Los cuatro miembros de la familia Morison la sufren, sin embargo en el caso de la mujer de la familia su padecimiento es mortal. La historia está narrada con la voz de los tres hombres: el pequeño Bunny, cuya vida gira en torno a la figura de su madre; Robert, que se debate entre el amor materno y la envidia para con su hermano y la pequeña independencia que solicita su cuerpo y mente ya adolescente; y James, el marido sin cuya mujer, Elizabeth, su vida no tendría el menor sentido. Elizabeth es el eje en el que gira y se sustenta la familia Morison y ante la muerte de esta el suelo se abre bajo sus pies.
Hasta aquí la sinopsis del libro. Lo de menos. Porque lo interesante es cómo Maxwell construye el día a día de la familia, con silencios, pequeños gestos, diálogos parcos, que van sumando un todo cotidiano sin tener por qué aburrirnos para mostrarnos la monotonía de los días.
Novela delicada, intimista, sin caer en falsos sentimentalismos. Sencilla y sutil. Honrada y maravillosa. Sin dar una voz más alta que otra, sin alharacas ni fuegos de artificios, sin páginas de relleno, Maxwell construye la vida familiar típica de la clase media americana de principios del siglo pasado.
En esta breve novela, poco más de doscientas páginas, William Maxwellse enfrenta a la muerte de la madre (Maxwell perdió a su madre siendo él un crío). Corre el año 1918, la I Guerra Mundial ha llegado a su fin y la gripe española asola Estados Unidos. Los cuatro miembros de la familia Morison la sufren, sin embargo en el caso de la mujer de la familia su padecimiento es mortal. La historia está narrada con la voz de los tres hombres: el pequeño Bunny, cuya vida gira en torno a la figura de su madre; Robert, que se debate entre el amor materno y la envidia para con su hermano y la pequeña independencia que solicita su cuerpo y mente ya adolescente; y James, el marido sin cuya mujer, Elizabeth, su vida no tendría el menor sentido. Elizabeth es el eje en el que gira y se sustenta la familia Morison y ante la muerte de esta el suelo se abre bajo sus pies.
Hasta aquí la sinopsis del libro. Lo de menos. Porque lo interesante es cómo Maxwell construye el día a día de la familia, con silencios, pequeños gestos, diálogos parcos, que van sumando un todo cotidiano sin tener por qué aburrirnos para mostrarnos la monotonía de los días.
Novela delicada, intimista, sin caer en falsos sentimentalismos. Sencilla y sutil. Honrada y maravillosa. Sin dar una voz más alta que otra, sin alharacas ni fuegos de artificios, sin páginas de relleno, Maxwell construye la vida familiar típica de la clase media americana de principios del siglo pasado.
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