Michel y Harry, dos vigilantes de un bloque de apartamentos de lujo mantienen todo bajo control haciendo rondas por los sótanos del inmueble. Cada quince días reciben la visita de un repartidor que les trae provisiones para las siguientes dos semanas; además, otro vigilante vendrá a relevarlos en breve. Un día, sin previo aviso, comienzan a irse todos los propietarios. Posteriormente le siguen los criados y cocineros. Todos se van. Harry ha contado treinta y nuevo propietarios que se han ido de un día para otro. Por lo tanto, falta uno que se mantiene en el edificio. Además, el repartidor ha dejado de venir y el sustituto tampoco llega. Comienza así las elucubraciones de estos dos vigilantes, sobre todo de Harry. Dos teorías son las que mantiene: o bien esto es una prueba de sus superiores para ver si están capacitados de dar el salto al cuerpo de élite, lo que les garantiza casi una jubilación anticipada, vigilar en una gran mansión, por los jardines llenos de luz y salir por fin del zulo en el que trabajan; o bien algo ha sucedido ahí fuera, una catástrofe, una epidemia o o una guerra bacteriológica. Sea lo que fuere, lo mejor es mantenerse firmes en sus puestos de trabajo, llevando a cabo las rondas con más celo si cabe e implantado algunas nuevas reglas que llevar a cabo.
Narrada desde el punto de vista de Michel nunca sabremos, al igual que le ocurre a los dos protagonistas, que es lo que pasa realmente ahí fuera. Vivimos en la era de la información, con un solo click tenemos a nuestra disposición más información de la que podemos asimilar y es por ello que cada vez sabemos menos, leemos información sesgada y no comprendemos la mitad de las cosas. Peter Terrin compone una gran metáfora de la vida actual aislando a estos dos vigilantes en el edificio de alto standing.
Novela oscura y claustrofóbica muy bien dosificada en pequeños capítulos que se van haciendo cada vez más densos e impenetrables. No olvidemos que se nos narra en primera persona, por lo que Michel cada vez está más confuso. Comienza siendo descriptivo pero a medida que avanza la trama se vuelve más introspectivo, se plantea más preguntas y se adentra en el mundo de la psique para intentar comprender la situación. A este respecto, la última parte te mantiene pegado al sillón, divagando por los meandros de la mente de Michel sin saber en qué momentos le está jugando malas pasadas su conciencia. El final, escalofriante. La novela, un acierto de Rayo Verde.
Narrada desde el punto de vista de Michel nunca sabremos, al igual que le ocurre a los dos protagonistas, que es lo que pasa realmente ahí fuera. Vivimos en la era de la información, con un solo click tenemos a nuestra disposición más información de la que podemos asimilar y es por ello que cada vez sabemos menos, leemos información sesgada y no comprendemos la mitad de las cosas. Peter Terrin compone una gran metáfora de la vida actual aislando a estos dos vigilantes en el edificio de alto standing.
Novela oscura y claustrofóbica muy bien dosificada en pequeños capítulos que se van haciendo cada vez más densos e impenetrables. No olvidemos que se nos narra en primera persona, por lo que Michel cada vez está más confuso. Comienza siendo descriptivo pero a medida que avanza la trama se vuelve más introspectivo, se plantea más preguntas y se adentra en el mundo de la psique para intentar comprender la situación. A este respecto, la última parte te mantiene pegado al sillón, divagando por los meandros de la mente de Michel sin saber en qué momentos le está jugando malas pasadas su conciencia. El final, escalofriante. La novela, un acierto de Rayo Verde.
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