Escritor poco (o nada) conocido en España y, por lo que cuenta Ray Bradbury en el posfacio, en Estados Unidos (al menos durante un tiempo), a John Collier le tocó vivir en la misma generación de Faulkner o Hemingway, por ejemplo, lo que explica, aunque no justifica, su arrinconamiento en la historia de la literatura.
Como no me canso de defender, un buen puñado de editoriales independientes se está encargando de rescatar del olvido a estos autores menospreciados con el paso del tiempo. En esta ocasión se trata de la editorial aragonesa Contraseña editorial. También es lícito decir que estas editoriales nos cuelan no pocas obras menores. Esta, creo que está a caballo entre una buena obra, y un libro algo obsoleto.
Me explico: se trata de una selección de quince relatos donde el humor negro o lo fantástico está presente en casi todos los cuentos. Tiene alguno muy bueno, como Onagra, que nos cuenta qué pasa en un centro comercial cuando cierran sus puertas; Otra tragedia americana, que narra lo que está dispuesto a hacer un sobrino por la herencia de su tío; o El aperitivo, un cuento de apenas cuatro páginas que condensa ese terror propio de la obra de Collier. Creo que estos tres relatos son los mejores del libro.
En su parte negativa, hablaba de la obsolescencia, y es que tengo la sensación de que algunos de los cuentos han envejecido mal y leyéndolos a la luz del siglo XXI quedan demasiado simples. Así, Ah, la universidad es un cuento que trata de ser sarcástico con la falta de estudios, pero que se torna muy light; en otros, como Por el seguro, sabes lo que va a pasar desde la primera palabra. Esto no lo digo como algo malo, en el sentido en que me da igual que se sepa lo que, digamos, se nos va a contar. Me molesta en el sentido de que es demasiado tópico: el asesino es el mayordomo.
No se confundan, es un gran libro de relatos, con aroma a clásico, solo trato de mostrar los aspectos positivos y negativos. A mi juicio y sin ningún tipo de presión mediática o gran grupo detrás.
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