Podríamos decir que la primera novela de Juan Jacinto Muñoz Rengel (no olvidemos que es un gran cuentista) se suscribe en el género negro. Y en parte es cierto. El argumento gira en torno al señor Y., un asesino a sueldo que recibe el encargo de matar a Eduardo Blaisten. Hasta ahí lo que tiene de novela de género. Porque el señor Y, no es un sicario cualquiera; como dice el título, es un hipocondríaco que cree tener todas las enfermedades que existen. Y algunas que no. Si determinada enfermedad la padecen solo doscientas personas en todo el mundo, den por hecho que el señor Y. es uno de ellos. El bueno del señor Y. está siempre a punto del colapso, pero ha recibido un adelanto por matar a Blaisten y lo primero es la obligación ya que es un hombre de moral kantiana (esto no lo digo yo, lo dice el propio señor Y. cuando se nos presenta en la primera página).
Es muy metódico (o eso cree él) a la hora de llevar a cabo sus intentos de asesinato. Incluso en el caso de que le descubrieran, siempre tiene pensado qué podría alegar para que su condenada fuera mínima o, incluso, nula. Sin embargo, en el último momento sus planes de acabar con Eduardo Blaisten siempre se van al traste. Estas escenas me recuerdan mucho al pobre Coyote llevando a cabo diversas tretas para acabar con el Correcaminos huidizo.
Esta novela, por si todavía no ha quedado claro, es divertida. Muy divertida. Sé que en la narrativa española está muy mal visto el humor (a pesar de tener una larga tradición) y parece que una novela escrita bajo esta clave no deja de ser un divertimento. Sin embargo podría citar unos cuantos ejemplos de novelistas que han escrito ese tipo de novelas y han resistido el paso del tiempo. Sin ir más lejos, el año pasado se reeditaron, con gran acierto y regocijo por parte de los lectores, las primeras novelas de Antonio Orejudo y tienen más de diez años a sus espaldas. En cualquier caso, eso son prejuicios que el lector se tiene que quitar, si quiere; aunque es cuestión imprescindible si no quiere tener una visión sesgada de lo que se publica en este país.
Además de la historia, Muñoz Rengel realiza un juego metaliterario e intercala episodios donde se nos da cuenta de ilustres hipocondríacos del mundo de la literatura y el pensamiento. Poe, Proust, Tolstoi o Descartes comparten enfermedades y fobias con el señor Y.
La novela es ágil y amena; en este sentido se ve favorecida por su división en cincuenta y siete breves capítulos. Una muy buena manera de pasar una tarde.
Hola Carlos:
ResponderEliminar¿Es Arturo o es Eduardo?
Saludos
Es Eduardo, David, no sé en qué estaba pensando...
ResponderEliminar¡Gracias!
Por cierto, creo recordar que te gustaba mucho Saer. No sé si sabrás que lo reeditan en marzo:
ResponderEliminarhttp://www.enlaceseditoriales.com/files/201203_boletinnovedades_ee_300112_1327939232_4_.pdf.
Saludos.
Hola Carlos:
ResponderEliminarGracias por comentarme la noticia, aunque ya me lo había dicho otro amigo. Sin duda una gran novedad, aunque va a perder para mí Saer ese halo de escritor propio y secreto que pasa a ser de todos..., mejor compartirlo.
Y además estaba dispuesto a pagar los 35 euros por libros, es el precio a que se venden en la librería Iberoamericana las ediciones que traen de Argentina.
saludos