Entre los meses de octubre y
noviembre de 1980 Julio Cortázar fue invitado por la universidad de Berkeley,
California, para impartir un total de ocho clases de literatura. La editorial
Alfaguara publica estas clases transcritas de manera casi literal de unas
cintas magnetofónicas lo que provoca en el lector una sensación de estar
asistiendo a esas clases, sentado en uno de los bancos de madera, escuchando el
particular tono del escritor argentino con acento francés.
Lejos
de academicismos, aparece un docente Cortázar cercano con sus alumnos, creando
un vínculo directo con ellos, dándoles voz en la segunda parte de sus clases,
permitiéndoles preguntar cualquier tipo de duda o curiosidad que tuvieran. Y es
que las horas lectivas funcionaban de esa manera: una primera parte en la que
Cortázar exponía un tema a raíz de unos pocos apuntes y mucho de improvisación
(como él mismo confiesa), y una segunda, donde se daba un diálogo directo entre
estudiantes y profesor.
Lo
que tiene de interesante este libro, más allá de la vasta cultura del escritor
argentino y la claridad de exposición de los diferentes temas que trata, es
que, para dar sus clases, Julio Cortázar se basa en su propia experiencia como
escritor para ejemplificar sus teorías. Así, lee a los alumnos unos cuantos
relatos, bien completos o bien extractos, de su amplía producción cuentística y
los comenta. También nos enteramos de la gestación de su libro emblema, Rayuela, de el por qué las Historias de cronopios y de famas, o se
adentra en aspectos más políticos, como es su Libro de Manuel. Además, si un alumno le cuestiona, no tiene ningún
reparo en hablar de Cuba u otras cuestiones políticas de la actualidad latinoamericana
de los años ochenta, si bien es cierto que habla más de política, siempre
relacionada con el escritor y la literatura, en las dos conferencias que
cierran el libro y que pronunció en la misma universidad en esos dos meses
intensos.
En
definitiva un gran libro; lejos de esas otras ediciones póstumas sin mayor
interés que el comercial, en estas Clases
de literatura podemos ver a un Cortázar nuevo, pero a la vez de sobra
conocido por sus textos y entrevistas.
Reseña para la web: Los libreros recomiendan
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Joder, qué envidia el haber tenido a algún genio de la literatura como él de profesor ¿eh?
ResponderEliminarImagínate. Así hubiera ido a más clases en la facultad. Seguro.
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