Dieciséis son las piezas de las que se compone este libro. La mayoría versan sobre la soledad, las relaciones de parejas o personajes perturbados, asesinos concretamente. Centrémonos primero en estos últimos.
Hay dos cuentos de sendos asesinos, ambos en tercera persona. Estos son: Geometría del agua y El susurro de los arbustos. Ambos textos se construyen en un tono frío, calculador. Especialmente perturbador me parece el segundo cuento mencionado, donde se nos da cuenta de un asesinato y la manera de llevarlo a cabo de modo casi cinematográfico.
Otros relatos, como El reloj de arena, Cosas deshabitadas, o Envases sin retorno tienen una fuerte carga emotiva, sin caer en la ñoñería.
El tercer gran bloque temático, las relaciones de pareja, se puede ver en La hora de las oblicuas tristezas o La hormiga que se va al albor. Las parejas en estos relatos están al borde de la ruptura, o no, debido a la monotonía.
También hay sitio para el humor más burlón, en realidad en la práctica totalidad de los cuentos hay algo de humor, como es el caso de Si amanece para Rocco.
En general, cuentos más que correctos.
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