lunes, 16 de enero de 2012

Tiempos difíciles - Charles Dickens

Esta es probablemente la entrada más larga que haga hablando de mí. No obstante, caro lector, puedes ir directamente más allá de las líneas, que es donde empieza la crítica.

Este año me he propuesto, entre otras cosas, leer un clásico al mes. He leído y leo mucho y, sin embargo, tengo grandes lagunas en cuanto a los clásicos se refiere. Una de las hipótesis que manejo de esta tara es que empecé a leer muy tarde. No me refiero al proceso de aprendizaje, sino al gusto por la lectura. No fue hasta los diecinueve o veinte años que sentí la necesidad de leer a diario, por ello me perdí grandes obras que ahora trato de paliar con esta "obligación" autoimpuesta. Y lo hago así porque si no sé que al final lo voy dejando por novedades y solo me leo uno o dos clásicos al año.

Por otra parte puede que tenga algo de positivo llegar a los clásicos tarde: los puedo entender mejor, al menos ahondar más en ellos. Creo que fue Pere Gimferrer el que dijo que el Quijote no se entiende hasta los venticinco años. Yo recuerdo haber leído la primera parte en el instituto y haber querido morir en el intento. Luego, al cumplir los veintitrés, leí las dos partes y disfruté más. Por último, en la carrera, (empecé la carrera muy tarde) con una profesora que nos explicaba todo el entramado, el contexto, los guiños a la época, etc. fue un auténtico gozo leerlo. Son tres lecturas muy diferentes del mismo libro.

Los libros que voy a leer no lo tengo claro, el que me apetezca en ese momento; la lectura es o debería ser un placer, así que no tengo por qué hacer una lista de lo que voy a leer en los próximos doce meses. Además que un libro te lleva a otro que en principio no sabías de su existencia por lo que cualquier listado me parece ridículo. Sí que me gustaría apostar por los rusos, pero no sé cuáles. Y por dos clásicos españoles: La Regenta y Fortunata y Jacinta. El hecho de que haya estudiado hispánicas y no me haya leído estos libros no es culpa mía, del todo quiero decir. Son dos libros de gran grosor, así que los diferentes profesores que he tenido relacionados con el siglo XIX español no nos los mandaban leer porque no había tiempo. Nos instaban, eso sí, a leerlo durante el verano. Mi propósito era hacerlo pero al final, como comentaba un poco más arriba, vas dejando a los clásicos en detrimento de lo actual. Por último, no me gustaría que acabara este año posponiendo la lectura de Proust.

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La primera lectura que he escogido ha sido Tiempos difíciles de Charles Dickens. No había leído todavía nada de Dickens (aunque ahora recuerdo que sí que leí Calle sin salida, escrito a cuatro manos junto con Wilkie Collins, en el colegio; pero no tengo recuerdo alguno de la lectura), así que era una buena primera elección. Además, el hecho de que este año se cumple el bicentenario del nacimiento del escritor inglés me parecía un homenaje, estúpido por otra parte. La elección del título se lo debo a una profesora que me dio la asignatura Novela y sociedad en la época victoriana y nos recomendó de Dickens Casa desolada, Grandes esperanzas y Tiempos difíciles. El hecho de que escogiera este último es fruto de la casualidad. Compré en su día las obras completas de los clásicos que editó Aguilar, cogí un tomo al azar, y apareció esta novela. 

Aquí debo comentar los pros y contras de estas obras completas de Aguilar. Los pros son que aparecen obras que hace tiempo que no están reeditadas, o están descatalogadas directamente, y si te interesa, ahí las tienes para su uso. Los contras, principalmente, son las traducciones. A Dickens lo tradujo José Méndez Herrera y, si bien es cierto que se ajusta todo lo posible al original, en ocasiones traduce tan literal para no perder el sentido, que lo pierde completamente, como si de un traductor en línea se tratara. Pero lo horroroso es la manía de españolizar el nombre de los personajes y del propio autor, "Carlos" Dickens. Dicho lo cual, y en vista de que en la biblioteca de mi barrio no tenían ninguna edición de Tiempos difíciles, me tuve que conformar con esta.

Tiempos difíciles se sitúa en la ciudad imaginaria de Coketown, donde el humo de las fábricas impregna todo el ambiente. Debido a esta industrialización, se da en Tiempos difíciles dos mundos enfrentados que surgieron a raíz de la Revolución Industrial: los obreros y los empresarios. Los primeros solo viven para trabajar. Los segundos solo piensan en recaudar y son crueles y despiadados. Entre estos dos polos aparece el circo, el único espacio que parece más humano. Será de allí, del circo, de donde salga la niña que ponga algo de cordura al espíritu de la ciudad, encarnada en sus protagonistas, Sissy Jupe.

La novela, por otra parte, hace una crítica al utilitarismo, tan en boga por esas fechas, donde la imaginación está fuera del conocimiento, donde lo que prima es el pragmatismo más acervado.

Puede que esta sea una de las obras más dickensianas de Dickens, esto es, donde los personajes están más cercanos al cliché, rayando, en ocasiones, la planicidad, y donde se ve más claramente a quién quiere criticar y quiénes son los culpables. No obstante, creo que precisamente por esa condición de ser la obra de Dickens más auténticamente suya, digámoslo así, es una buena primera toma de contacto para acercarse a su obra. Sí después de esta lectura no hemos salido defraudados y queremos seguir indagando es su mundo, podemos sumergirnos en obras más densas como, precisamente, Casa desolada, por ejemplo.

3 comentarios:

  1. Gran idea ese retorno a los clásicos. Y no lo digo porque yo también la haya tenido. Coincido además con ese deseo de enfangarse de Rusos. Yo he elegido Gogol, Dostoievski y Tolstoi. Del primero algo, del segundo todo y del tercero ya veremos. Quizá también Turgeniev.

    Coincido además en otra cosa: las listas son inútiles. Yo hice una maravillosa, le dediqué un día entero y no hemos llegado al ecuador de enero y ya la he incumplido. Poco, pero la intención es seria. En cualquier caso me sirve para marcar una pauta.

    Por cierto, a Proust lo tengo anotado para febrero. Y respecto a Dickens, acabo de terminar la muy interesante "Casa Desolada".

    Saludos,

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  2. Hola Carlos,

    Sí, la triada de rusos que mencionas era mi idea; aunque leí o releí parte de Gogol en verano tengo pendiente "Almas muertas" y "Tarás bulba". Quizás también lea "Oblómov" de Goncharov, que lo he empezado a leer un par de veces y, al final, salto a otro título.

    Me apunto, entonces, "Casa desolada" para un futuro.

    Saludos.

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  3. A mí no me gustó "Oblomov" (y si te sirve de algo a Tolstoi tampoco). Empezó relativamente bien pero poco a poco pierde fuerza. Es bastante flojo.

    Un saludo,

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