Por segundo año consecutivo la obra de Fernando Palazuelos consigue, por méritos propios, entrar a formar parte de los diez finalistas del Premio Setenil. Si el anterior año lo hacía con Ficcionarium, libro de microrrelatos, este año el finalista es el título que nos ocupa.
Este último libro de Palazuelos gira en torno al azar, a la casualidad, a lo fortuito. A través de experiencias que vivió el propio autor, no sabemos si enmascarándolas de ficción o no (ni importa) el escritor bilbaíno construye una serie de relatos, o crónicas, de diversas situaciones donde el azar es el protagonista.
Dividido en tres partes (La danza del poliedro, La lentitud del péndulo y La rúbrica del azar), la primera y la tercera se basa en la casualidad más fortuita, si bien es cierto que en la tercera parte me parece vislumbrar una casualidad más inesperada. La segunda parte del libro me parece la más interesante. Esta parte se centra, como indica el título, en el tiempo, en las relaciones entre el ahora, o el antes, y el después. Palazuelos plantea a través de estos cuentos lo inevitable del reloj de la vida. Allí donde hay un "tic" habrá un "tac" en el futuro que complete ese movimiento pendular. El paso del tiempo hace que se cierre el círculo de algo que sucedió.
Más allá de las historias que cuenta Palazuelos, con una gran capacidad para narrar, lo que me parece más importante en este libro es, por un lado, las conjeturas que va desarrollando a lo largo del libro a modo de introducción a las tres partes en las que se divide, más el epílogo; de otro lado, el poso filosófico que rezuma sus páginas. De poco sirven estos cuentos si no te detienes en cada uno de ellos para reflexionar sobre ellos, sobre el azar, sobre el tiempo, sobre la vida.
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