Una vez más, no sé muy bien cómo, voy rebotando de título en título hasta acabar con Diario de un hombre pálido entre mis manos. Todo un descubrimiento. Es la magia de la literatura.
Juan Gracia Armendáriz sufre problemas renales desde hace años. A los veinte años le trasplantaron un riñón y ahora, veinte años después, espera un nuevo donante. A lo largo de los ciento sesenta y nueve días el autor nos narra ese periplo. La rutina de la diálisis, tres veces por semana; cuatro horas cada vez pegado a un riñón artificial que filtra la sangre por él. Nos habla de sus compañeros en la sala del hospital, de cómo sobrelleva cada uno la enfermedad, de las enfermedades que se generan a raíz de la insuficiencia renal, de la muerte de algunos de los pacientes, del trato de médicos y enfermeras un tanto indiferentes.
Podría parecer este un libro duro, y lo es en algunos aspectos y en la descripción de algunos pasajes desagradables, especialmente cuando habla del resto de pacientes con nefritis, pero Armendáriz no se muestra autocompasivo: señala las consecuencias de su enfermedad pero, más bien al contrario, se muestra lleno de vida, acude a un gimnasio donde quema las partículas malas de su cuerpo, hace planes, y se vuelca en su hija Alejandra, un pilar fundamental por lo que se desprende del libro. En estas páginas hay sitio hasta para el humor más disparatado: véase la descripción que hace de los distintos tipos de orina como si de un enólogo se tratara.
Este es un gran libro y Armendáriz, al menos en este diario, da muestras de ser un gran narrador.
Muy interesante reseña.
ResponderEliminarGracias.
Saludos.
Buena reseña y el libro tiene una edición muy interesante. Un saludo,
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