miércoles, 9 de noviembre de 2011

Tangram - Juan Carlos Márquez

A diferencia del puzzle, las piezas del tangram funcionan por sí solas. Así, las siete piezas que lo componen son figuras geométricas. Un cuadrado, un paralelogramo, y cinco triángulos. En una novela-puzzle (suponiendo que exista el término, y si no queda bautizado in Nomine Patris...) cada pieza de ese rompecabezas solo tiene sentido en unión con el resto de piezas. La pieza, por sí sola, no tiene demasiado sentido.

En un tangram, en cambio, la pieza, como ya he dicho, es una figura geométrica, por lo que es perfectamente válida fuera del tangram.

Con esta primera novela de Juan Carlos Márquez ocurre igual. Las siete piezas que componen el libro tienen su propia autonomía y funcionan como relato de manera aislada ¿Estamos hablando entonces de un libro de cuentos? A mi entender no, puesto que, al leer los siete capítulos se produce una sinergia, aquello de que el conjunto es superior a la suma de las partes de manera individual. Así pues, Tangram es una novela. Y aunque fueran cuentos, que digo yo que eso es lo de menos. Que hablamos de literatura no de terminología.

También al igual que el tangram, donde se pueden construir diferentes figuras según como combinemos cada una de las piezas, la novela tiene la peculiaridad de leerse en el orden que se quiera. Si bien es cierto que las diferentes lecturas no va a dar como resultado diferentes novelas, sí que las matiza. De esta manera, creo que el thriller que supone Tangram sería mucho más velado si leyéramos los capítulos en otro orden porque, aunque insisto en que sí que creo que es factible poder hacerlo, no deja de ser menos cierto que la novela es circular: donde en el primer capítulo hay un secuestro, en el último se explica el porqué de ese rapto.

Los siete capítulos están escritos en primera persona aunque esta persona cambia en cada capítulo. Así las voces que alimentan la novela son variadas; tenemos al narrador algo cínico de El síndrome de Reikiavik; el lenguaraz monólogo de Gemelas; o la voz de la niña en Crotone.

Nos encontramos, pues, felizmente, con un libro de gran inventiva y poderosa agudeza.

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