jueves, 3 de noviembre de 2011

Trenes rigurosamente vigilado - Bohumil Hrabal

En una pequeña estación de un pueblo checo conviven una serie de personajes esperpénticos, a saber: un jefe de estación que aspira a un título nobiliario pero que se pasa las horas de trabajo en un palomar con un uniforme lleno de cagadas de paloma;  un factor que estampa, un buen día, todos los sellos de la empresa en el culo de la telegrafista; la propia telegrafista, que no sabe muy bien las consecuencias que puede traer esto; y el narrador, un joven aprendiz ingenuo cuya propia virilidad pone en duda debido a un episodio desagradable con una chica.

Y fuera se está llevando a cabo la II Guerra Mundial.

Como hilo de unión entre estos dos mundos tan dispares, las vías de tren. Es cuando llegan los vagones cuando descubrimos el horror de la guerra: animales putrefactos, enfermos, soldados de las SS.

Bohumil Hrabal construye una novela cargada de humor negro y episodios desternillantes, como el del bisabuelo, herido de la I Guerra Mundial que vive con un sueldo que le otorga el Estado y que el se lo gasta en una botella de alcohol y cigarros diariamente; con las mismas, se va a reírse de los trabajadores por lo que recibe palizas cada cierto tiempo. Otro episodio divertido es el del abuelo del protagonista, hipnotizador que se plantó delante de los tanques alemanes para, con el poder de su mente, intentar detenerlos. Estos episodios, cercanos al absurdo, recuerdan en mayor o menor medida a Kafka. También se le compara con Hasek, el autor de Las aventuras del buen soldado Svejk.

Como contraste, vemos los estragos de la invasión nazi: explosiones, pasajeros que no llegan a su destino, paisajes desolados.

Esta aparente dicotomía casa muy bien debido al punto de vista del narrador, el aprendiz de factor cuya mirada candorosa consigue que el horror nos parezca aún mayor.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos:

    No sé si has leído más novelas de Hrabal. Yo le conocí cuando salió en el periodico la noticia sobre su muerte: era ya mayor, sobre los 80, estaba en el hospital, y se cayó por la ventana. Se especulaba sobre si había intentado dar de comer a las palomas y se había caído o se había suicidado.
    Esto fue hace 10-12 años o así.
    Leí varios libros de él, y me gusta mucho. Te doy una buena noticia: de los que leí, Trenes rigurosamente vigilados me gustó, pero fue el que menos me gustó de los que leí. Si te ha gustado te recomiendo:

    Yo que he servido al rey de Inglaterra (para mí el mejor de sus libros)
    La pequeña ciudad donde el tiempo se detuvo.
    Una soledad demasiado ruidosa.

    saludos

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  2. Hola David,

    sí que es el primero que leo. Llevaba tiempo queriéndolo hacer pero al final, entre unas cosas y otras, lo de siempre.

    Justo en el siguiente que había pensado era en el de Yo que he servido... el resto los apunto, sin duda.

    Muchas Gracias.

    Un abrazo,
    Carlos.

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