Asco es la novela que yo hubiera escrito si supiera escribir. Sobre todo, si supiera expresarme. Pero como no sé, mejor que lo hagan otros. José Ángel Barrueco lo hace. Expresarse y escribir. Pero también observar y reflexionar. Y muy bien.
Asco es un relato que mezcla diario, relato de viaje, novela, ensayo, autobiografía. Narra la semana que pasa el narrador-protagonista en un crucero de lujo, de los de Todo Incluido. Y como está Todo Incluido, la gente come hasta hincharse como un globo; bebe hasta desfallecer; y se apunta y va a todos los ridículos y estúpidos shows que se hacen en los diferentes salones del crucero. Y el protagonista siente asco por todo esto. Pero también porque viajan con un bebé y nadie les cede el paso en el ascensor o les echa una mano con el carrito. Porque los turistas se apuntan a visitas guiadas y a excursiones pero nadie hace caso de la guía. Y además molestan. Porque, en definitiva, somos unos egoístas. Y lo somos en un crucero y en el día a día, lo que pasa es que al acotarse el espacio, aumenta la intensidad. Algo muy similar ocurría en La autopista del sur de Cortázar.
Pero el protagonista también disfruta del viaje. Con sus familiares; con su pareja, M.; con el bebé; con las ciudades que visita; con la tranquilidad y la soledad del lector.
El estilo de Barrueco en esta novela es directo, explícito. Sin barroquismos. Como una conversación de bar. Normalmente, el lenguaje natural suele quedar impostado en una obra de ficción. No ocurre así en esta novela, donde la aparente sencillez tiene que estar muy trabajada para que, precisamente, dé la impresión de naturalidad.
Barrueco sin Barroquismos, mola
ResponderEliminarla novela, espectacular, te sientes identificado desde la primera línea