miércoles, 26 de octubre de 2011

Rue de l´Odéon - Adrienne Monnier

Con algo menos de veinte títulos en su haber, la editorial madrileña Gallo Nero cuenta en su nómina con escritores de la talla de: Jean Paul, Jack London, Joseph Pulitzer o Scott Fitzgerald (en breve) entre otros, lo que demuestra que, a priori, hay mucho oficio y trabajo detrás. Uno de sus últimos título publicados hasta la fecha es este Rue de l´Odéon.


En esta calle, situada en la Rive Gauche parisina, esto es, en el lado bohemio de la ciudad, se dieron cita gran parte de los escritores más importantes del siglo XX. La mayor parte de culpa la tuvieron dos librerías regentadas por dos mujeres. En el número 12 Sylvia Beach y su Shakespeare & Co. Justo enfrente, en el número 7, La Maison des Amis des Livres, encabezada por Adrienne Monnier. Casi nada. En esta obra se recogen las memorias como librera (pero también editora, escritora y bibliófila) de la francesa.

Estructurada en tres partes e introducido por una nota de Simone de Beauvoir tan breve como emotiva, este libro es de lectura imprescindible para todos aquellos amantes de la literatura. Como la propia Monnier. A través de sus páginas se puede ver cómo respiraba literatura: entre sus clientes se encontraban autores imprescindible en la Historia de la Literatura como Gide, Rilke, Beckett, Hemingway y, por supuesto Joyce (no hay que olvidar que la primera persona que editó el Ulises fue Sylvia Beach, y la primera edición en francés corrió a cargo de Adrienne Monnier). No contenta con que la librería estuviera al día en las vanguardias, tenía un pequeño cajón con saldos que colocaba fuera de la tienda; creó una biblioteca de préstamo, contradiciéndose en principio con la labor de una librería y las ventas, pero consideraba que un lector no tiene porqué comprar un libro que no conoce ya que las bibliotecas particulares se forman con libros que uno quiere conservar toda la vida. Así, Monnier daba la posibilidad, por una cuota mensual, de llevarse los libros a casa, leerlos y, si les gustaba y el cliente lo consideraba oportuno, comprarlo.

Todos los pequeños textos que constituye el libro son una joya, pero, sin duda, el mejor es el que lleva por título La maison des amis des livres, donde expone su idea de lo que es para ella una librería y la función que desarrolló en la suya:

"Es realmente indispensable que una casa consagrada a los libros esté fundada y dirigida con conciencia por alguien que conjugue la mayor de las erudiciones con el amor por la novedad, y que, sin caer en esnobismo, esté preparado para potenciar las verdaderas y las fórmulas nuevas".

No hay comentarios:

Publicar un comentario